Las crisis económicas y financieras que de forma reiterada suelen aparecer en el actual mundo globalizado de los mercados de valores generan situaciones drásticas y potencialmente peligrosas para los bolsillos de los inversores pero, sin embargo, desde el punto de vista psicológico también deben suponer una mejor capacitación, preparación y adecuación emocional personal del inversor, ante los nuevos retos que en el presente y el futuro se le volverán a presentar en la negociación de activos financieros de renta variable.
El aprendizaje del inversor es algo obligatorio si se quiere sobrevivir en “este negocio tan volátil”, por lo tanto, la actual crisis económica que afecta especialmente a la zona euro y sus países periféricos durante ya demasiado tiempo (6 años), debería cambiar la actitud incorrecta y los errores pasados cometidos por seguir de forma mediática a la gran masa inversora y el encantamiento generado por los medios especializados e interesados, con predicciones de subidas en los mercados de valores hasta cotas estratosféricas que al final nos llevaron a la situación presente de incierto futuro y tendencia en los mercados.
Para intentar no volver a caer en las mismas trampas o errores que en años pasados y como siempre, especialmente dedicado para los pequeños y medianos inversores, en esta sección de Consejos de Bolsa, hoy vamos a repasar o aprender –según los casos- cuáles son los principales pecados que no deben volver a repetirse a la hora de participar en bolsa y cómo conseguir evadirlos:
- La avaricia: La búsqueda de dinero fácil y rápido nos suele llevar a no contemplar de forma sensata los riesgos que acompañan a la inversión en los mercados de valores. Para evitarla, se debe operar siempre respetando un plan previo de inversión y una estrategia adecuada aplicada de forma disciplinada.
- La soberbia: Consiste en pensar estar mejor capacitado para la inversión de lo que realmente se está. La creencia errónea de no necesitar contrastar sus cálculos y previsiones con otros inversores o analistas, les deriva a cometer fallos en sus inversiones. Los profesionales del asesoramiento, suelen ser personas imparciales que pueden orientar y corregir las decisiones negativas para los intereses del inversor particular.
- La envidia: Querer tener lo que los demás también desean es cuestión primordial para los nuevos inversores, que se suelen dejar llevar por los “cantos de sirenas” que provienen de colocaciones mediáticas tipo Facebook, Twitter, Google…etc. Esto no significa que sean malos valores para invertir, pero se asumen demasiados riesgos financieros a la hora de comprar acciones en los primeros días de su cotización en Bolsa.
- La ira: No admitir los errores propios es uno de los mayores pecados a cometer por los inversores. No realizar la venta de acciones cuando las pérdidas superan el 30% o 40% de la inversión, como forma de revelarse contra uno mismo y en la esperanza de que meses después vuelvan a subir los precios “para igualar y vender…”, suele ser un despropósito muy visto en situaciones recientes de burbujas inmobiliarias, tecnológicas, financieras…etc.
CONSEJOS PARA PECADORES DE LA INVERSIÓN
Para poder salir airosos e incluso beneficiados de las inversiones en los mercados de acciones, los inversores más proclives a los excesos de riesgos, inestabilidades emocionales o simple carencia de experiencia bursátil deberán tener muy presente la inexcusable necesidad de realizar un plan de inversión previo donde se refleje claramente sus objetivos monetarios, sus límites financieros y sus perspectivas de plazos temporales dependiendo de sus necesidades o expectativas vitales futuras.
Debemos recordar que: “Lo que este año proporciona dinero el siguiente lo puede perder”. Por ello, el inversor novel debe huir de modas y altas rentabilidades pasadas que solo demuestran que en las circunstancias pretéritas el activo generó riqueza, pero en el futuro… ¿Las volverá a dar?
Ser pecador o pecadora en la vida real es una opción libre e individual que dependerá de cuestiones morales muy personales para ser evaluada, pero cometer alguno de los pecados de inversión reflejados anteriormente, será castigado de forma muy severa por el mercado en forma de pérdidas y éstas al ser terrenales, son las que en un principio… ¡¡ Tienen peor arrepentimiento y mayor penitencia !!
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La frase elegida para este artículo dice así:
El que quiere en esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos en su vida.
Francisco de Quevedo