“Invertiré o aprenderé de Bolsa cuando tenga más dinero”… Suele ser una frase muy habitual de los pequeños ahorradores actuales ante la pregunta sobre si les interesa aprender de economía, finanzas personales o simplemente saber gestionar su dinero, más allá, de los clásicos y pocos productivos depósitos a plazo de rentabilidad real actual próxima al 1%.
El estigma del gran riesgo y el miedo consiguiente que presentan los mercados de valores para los futuros “pequeños y medianos inversores”, solo es comparable a la falta de educación y formación (en general) de muchos ciudadanos españoles en comparación con otros países y especialmente, en temas relacionados con las finanzas, los fondos de inversión o la compra de acciones de empresas cotizadas en Bolsa. La base para llegar a conseguir vencer esos miedos iniciales es el estudio, el aprendizaje y el asesoramiento profesional, para poder optar a tener éxito financiero y lograr conseguir los mejores deseos de felicidad futura por optar a poder comprar y disfrutar una casa en la playa, un coche nuevo, pago de estudios de los hijos, viajes en pareja…etc.
Para ganar “mucho dinero en los mercados” se debe empezar invirtiendo con pocas cantidades, de forma reiterada, constante y sabiendo cuales serán nuestras metas, que cantidades deberemos utilizar, así como, que rentabilidad futura podremos llegar a lograr mediante la diversificación de nuestras inversiones. Como invertir “no es obligatorio”, vamos a ver un ejemplo de dos amigos (Pablo y Lucas) y sus distintas opciones de gestión de sus ahorros y sus resultados finales:
- Objetivo común de Pablo y Lucas: Comprarse una casa en la sierra dentro de unos 30 años.
- Precio aproximado de la casa pasados los 30 años: 270.000 euros.
Suponiendo que los dos amigos disfruten de una misma fortuna laboral durante esos 30 años y que tras terminar sus estudios mediante becas y prácticas remuneradas consigan partir con un ahorro de 10.000 euros. Posteriormente consiguen el habitual trabajo de “mileurista” con una capacidad de ahorro de unos 100 euros mensuales.
Trascurrido unos años, ya casados y con hijos, mediante subidas de sueldo consiguen ahorrar 1.200 euros anuales. Llegados a los 40 años de edad y con mayor salario, sus ahorros marcan los 2.000 euros al año. Pasados otros diez años y alcanzando niveles más altos en el organigrama de la empresa sus ahorros llegan a los 3.000 euros anuales.
RESULTADO FINAL DE LAS INVERSIONES DE PABLO Y LUCAS
Pablo siempre fue escéptico con la Bolsa e influenciado por la familia y amigos que habían perdido dinero hace años con “las Terras”, huyó de las inversiones en acciones por lo que realizó la siguiente operativa financiera:
- Primeros 10 años: Cuenta corriente con una rentabilidad media del 1% de interés.
- A partir de los 40 años: Mediante una subida progresiva de los tipos de interés logra una rentabilidad media del 3%.
- A los 50 años: Mete el dinero acumulado en un fondo de inversión que le proporciona un 5% de rentabilidad media.
- A los 60 años: Su fondo acumula unos 125.000 euros, casi la mitad del valor de la casa en la sierra por lo que… ¡¡ No puede cumplir su sueño !!
Lucas por el contrario, realizó la distinta operativa con sus ahorros:
- Invirtió los 10.000 euros iniciales entre 5 fondos de Bolsa y cada año daba una orden automática de entrada con sus ahorros generados. Pasados los años y llegando a los 60 de edad, se encontró que pasados los lógicos ciclos alcistas y bajistas de los mercados de valores, mediante su disciplina, sensatez y moderación consiguió una rentabilidad media del 8% anual.
- El día de su 60 aniversario, tenía acumulados 290.000 euros, que tras pagar impuestos, le pudieron permitir realizar la adquisición de su deseada casa en la sierra mediante un pago al contado.
MORALEJA FINANCIERA
Tanto Pablo como Lucas, han realizado una personal inversión de sus ahorros con resultados distintos, pero válidos, han sido conscientes y responsables con sus propias capacidades para asumir riesgos. Para Pablo, lo primordial es la seguridad dineraria por lo que se resigna a conseguir una menor rentabilidad por su dinero. Por el contrario para Lucas, la posibilidad de alcanzar su sueño le impulsa a asumir mayores riesgos financieros y renunciar a parte de sus objetivos más cercanos en la búsqueda del éxito inversor.
“Invertiré cuando tenga más dinero”… ¿Dos formas de ser? ¿Dos diferentes tipos de formación financiera?
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La frase elegida para este artículo dice así:
No pongas tu interés en el dinero, pero pon tu dinero a interés.
Oliver Wendell Holmes