La magia de pensar en pequeño

bastonHay un señor mayor que vive en mi calle. No sé cómo se llama, pero todos los días le veo caminando arriba y abajo por la acera con su bastón. Va a paso lento y siempre lleva ropa parecida: unos pantalones de tela oscura, una chaqueta color café y una gorra. Lo hace durante una hora al día – tanto si llueve como si hace sol – cada día. Vivo en una calle que tiene algo de pendiente, pero él sólo camina por la parte más llana. Lleva meses haciéndolo.

Alguna vez nos hemos saludado, pero nunca le he preguntado por su rutina diaria. ¿Camina para hacer ejercicio? ¿Se está recuperando de alguna cirugía? Todo lo que sé de él es que cada día camina una hora dando pequeños pasos. No sé adónde va, pero lo hace.

Los riesgos de la radicalidad

Cuando una persona decide hacer un cambio en su estilo de vida, tanto financiero como de cualquier otro tipo, existe la tentación de hacerlo de golpe. Con el fanatismo del nuevo converso, puede haber personas que se lancen de cabeza a llevar una vida frugal, por ejemplo, dejando atrás todo lo que hasta entonces era importante en sus vidas.

Este método presenta un problema.

La mayoría de la gente que pasa de llevar un estilo de vida de gasto a uno de frugalidad extrema sienten que el agua está muy, pero que muy fría. Es un shock. Se sienten oprimidos. Tratan de seguir adelante, pero antes de que pase mucho tiempo se dan cuenta de que están ahogándose en lugar de nadando, así que regresan a aguas más cálidas y familiares, las aguas del gasto deficitario.

Yo misma hice unas cuantas salidas en falso antes de encontrar mi camino. Decidí dejar de comprar radicalmente cómics, libros o juegos de ordenador. Este tipo de metas excesivas son una estupidez. Nadie tiene tanto autocontrol. Todo el mundo se da un capricho de vez en cuando.

En vez de cambiar de forma radical, pienso que la mejor manera de empezar a vivir de una forma más austera es dando pequeños pasos, que se convertirán en zancadas más largas una vez que hayamos desarrollado músculo.

Esto no es sólo válido para las finanzas personales, sino que también sirve para nuestras metas de autosuperación. No vas a pasar de hacer «sillón ball» a correr una maratón de un día para otro. En lugar de eso, tienes que empezar lentamente, con un entrenamiento sensato y comedido, hasta conseguir cosas que habrían parecido imposibles con anterioridad. Asimismo, no vas a pasar de tener 10.000 € de deuda a tener 10.000 € de ahorro en el banco. El dinero llegará lentamente, tomando una decisión inteligente tras otra, empezando por las cosas más pequeñas.

¿Si has estado retrasando algún objetivo financiero, por qué no empiezas hoy? Da un paso pequeño pero significativo hacia el objetivo que quieres conseguir. Si habías estado pensando en abrir una cuenta de ahorro con el mayor interés posible, hazlo. Ingresa la cantidad mínima. Añade 20 o 50 € cada mes. No te preocupes si te parece que el proceso va muy lento. Coge el hábito. Más adelante descubrirás maneras de acelerar tu ritmo de ahorro.

O tal vez habías pensado en reducir tus facturas mensuales. Hazlo. Cancela algunas suscripciones a revistas o cosas similares. Da de baja la televisión de pago. Los gastos mensuales periódicos son agujeros por donde se escapa el dinero, consumiendo tu capacidad para ahorrar. Dar de baja la televisión de pago es un paso pequeño, pero puede tener un gran impacto.

Estos pequeños cambios puede que no han mucha diferencia por sí solos, pero combinados con otros pequeños pasos pueden tener un efecto real. Durante mucho tiempo creí que jamás dejaría de tener deudas. Progresaba lentamente. Sin embargo, llegó un momento en el que mi «bola de nieve» se hizo enorme, llevándose por delante todas las deudas que había en mi camino. Ahora aplico el mismo sistema «bola de nieve» con el ahorro. Pero esta avalancha nunca se habría producido si no hubiera habido antes pequeños «copos de nieve».

Hay gente que argumenta que son las grandes decisiones financieras las que consiguen marcar la diferencia. Puede que tengan razón, pero llevo años sin tomar ninguna gran decisión en ese campo – sólo decisiones pequeñas. Cada día salgo fuera y camino a pasitos, por la zona más llana. Y para mí hacer esto sí que cuenta.

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5 Responses to “La magia de pensar en pequeño”

  1. Máquina

    Me gustaría darme de baja, a la magia de pago, porque es dificil de explicar, y por eso
    es riesgo de pago, al mes. además es idonio de darme de baja a la magia de pago indefinidamente.
    Gracias.

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  4. Mistica

    Vale, muy bien la parrafada de los % y demás, del ahorro, de bla, bla, bla, pero que leñes, yo quiero saber como se llama ese señr, porqué camina cada día a esa hora aunque llueva… 🙂

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