La maldición de los golpes de suerte

O para explicar el concepto más claramente: centrarnos en cosas que tengan un gran impacto económico y que nos exijan poco esfuerzo. Y es cierto que mucha gente está tan preocupada por ahorrar en los pequeños gastos que no se preocupan de hacer lo mismo con los grandes. Como las personas que se comprar un coche y al cabo de un año lo entrega para financiar un coche nuevo ¡por la mitad de lo que pagaron!

Una dedicación excesivamente intensa a la frugalidad puede llegar a dañarnos. Estamos tan pendientes de los detalles que cometemos errores o no prestamos atención a cosas que, según cómo las manejemos, nos pueden llegar a costar o a reportar miles de euros.

Pero hay otra cara de la moneda cuando hablamos de la gente que se centra principalmente en las grandes sumas de dinero extra.

Aunque es cierto que nadie quiere perderse la oportunidad de sacar provecho de un gran negocio, existe el riesgo de acabar cogiendo el hábito de depender demasiado de ellos. Este tipo de grandes ganancias con mínimo esfuerzo pueden volvernos perezosos.

Después de todo, ¿por qué molestarnos en recortar cupones de descuento cuando estás planeando tu siguiente negocio? ¿Por qué deberíamos ahorrar dinero empleando el transporte público cuando podemos estar buscando la próxima ganga de la que nos vamos a beneficiar?

Por qué los casinos quieren que ganemos dinero

Hace poco comentaba algunas historias sobre la lotería que saltaron a la prensa. La gente que haya estado alguna vez cerca de la industria del juego te podrá decir que ganar la primera vez que vas al casino es mucho peor que perder. ¿Por qué? Porque cambia tu estado mental. La mayoría de la gente pasa del “probablemente voy a perder, solo juego para divertirme un rato” al “¡vaya, no pensé que fuera tan fácil! La próxima vez aprovecharé más las jugadas ganadoras”.

Y después, cuando regresamos, nos convencemos a nosotros mismos de que la racha de pérdidas que estamos teniendo es parte natural del juego, así es como funciona. Si conseguimos ganar una sola vez compensaremos todas las pérdidas. A partir de este punto, la cosa solo puede ir a peor.

Los casinos obtienen sus beneficios cuando son capaces de que dejes de pensar en el valor real de tu dinero. Si ganas la primera vez, el proceso ha comenzado. Saben que mucha gente volverá y gastará mucho más dinero a causa de esa primera buena experiencia.

La inflación del estilo de vida

En el caso de nuestras finanzas personales, las grandes ganancias con poco esfuerzo tienen la misma capacidad potencial de conseguir que dejemos de pensar en el valor real del dinero. El valor de estas ganancias se pierde si las usamos como una excusa para no dejar atrás el hábito de las compras por impulso o la tendencia a caer en la inflación del estilo de vida. Pertenecemos a una cultura que está dispuesta a celebrar una bajada de 200 € en la hipoteca comprándonos un coche que nos sale por 300 € mensuales.

Todo lo que conseguimos con esa «gran cantidad» que hemos ahorrado o ganado, lo acabamos perdiendo, y volvemos a depender de un nuevo golpe de suerte, un nuevo ingreso extra. Esto nos puede funcionar mientras podamos conseguir esas grandes sumas, pero en ocasiones eso no es posible y toda nuestra ingeniería económica se viene abajo.

Depender constantemente de estos extras no es sostenible. No siempre vas a conseguirlos para cubrir tus excesos diarios.

Acabando con la maldición

La cura contra esta maldición es el equilibro: no obsesionarnos con la frugalidad ni concentrarnos en las grandes ganancias para conseguir el éxito a largo plazo. Solo un equilibro de ambas cosas puede hacer que lo logremos.

Las grandes cifras pueden tener una gran influencia en nuestra vida financiera. Podemos usarlas como estímulos para salir de una mala situación, o para darnos más impulso en los progresos económicos que ya estamos haciendo.

De hecho, corregir nuestros malos hábitos diarios puede llevarnos a conseguir más ingresos extras de cantidades sustanciosas. Manejar con soltura los principios básicos de la administración financiera y de la frugalidad nos permite tener más tiempo libre, menos estrés y, por lo tanto, más libertad para ir tras grandes proyectos y grandes beneficios.

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