La mejor forma de construir una cuenta de ahorros

La gratificación instantánea es algo que está muy presente en nuestra sociedad consumista cuando ponemos el foco en la administración del dinero, pero construir una cuenta de ahorros requiere un comportamiento totalmente opuesto a ese. Esto es así porque hacerlo lleva tiempo, no ocurre de la noche a la mañana, a no ser que nos haya tocado la lotería. Sin embargo, hay unos ciertos pasos que podemos seguir para conseguir ahorrar, y no son tan difíciles ni tan lentos como podamos imaginar.

Compra lo que necesitas y guarda tus ahorros

Deja de comer fuera, de tomar el café (más caro) en tu cafetería favorita o de caer en las compras por impulso cada vez que vas al supermercado. Aunque todos estos gastos son de pequeña cuantía, sumados acaban siendo una cantidad de dinero significativa. Una de las formas más básicas de ahorrar es contener el gasto en productos que no son estrictamente necesarios y canalizar ese dinero en una cuenta de ahorros.

Ahorrar dinero en metálico primero e invertir después

En lugar de invertir tu dinero en metálicos en stocks, bonos o fondos de inversión, lo primero es amasar una buena cantidad de dinero en metálico de reserva. Esto no significa que la inversión no te pueda ayudar a mejorar tu riqueza, pero es importante tener dinero líquido en caso de emergencia. Una vez que tengas ese colchón en tu cuenta de ahorros, podrás estudiar otros modos de invertir tu dinero. Encuentra un banco que te ofrezca un interés lo más alto posible, maximizando así el rendimiento de tus ahorros, hasta que tengas la cantidad de dinero suficiente para centrar tus esfuerzos en otros vehículos de inversión.

Diversifica y ten paciencia

Una vez que empieces a invertir tu dinero para dar empuje a tus ahorros, asegúrate de que diversificas tus opciones de inversión en lugar de apostarlo todo a un stock, bono o fondo de inversión concreto. Aumentar tus ahorros requiere algo de paciencia. Recuerda que, como decíamos al principio, no vamos buscando una gratificación instantánea. Además, aunque puede que algunos tengan conocimientos financieros, la mayoría de los consumidores no los poseen. Esto significa que tendremos que recurrir a inversiones financieras profesionales y al consejo de expertos para invertir de forma que alcancemos nuestros objetivos. Esto obliga al consumidor medio a ser especialmente cuidadoso a la hora de elegir sus inversiones.

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