El concepto de moratoria hipotecaria ha venido sobrevolando el sector inmobiliario e hipotecario desde que estallara la burbuja inmobiliaria como una solución real a la dramática situación de tantas y tantas familias que se tienen que enfrentar a los embargos y desahucios sin solución de continuidad.
Por ello, el Gobierno decidió aprobar en el año 2008 una moratoria hipotecaria para la que dotó al Instituto Oficial de Crédito (ICO) de hasta 6.000 millones de euros, pero desde la fecha de su inicio hasta hoy apenas 73 hipotecas han podido beneficiarse de esta propuesta, lo que demuestra su fracaso, como bien había previsto en un primer momento la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), que catalogó entonces a la medida como de carencia encubierta.
Y es que la moratoria hipotecaria es un paso más que la carencia, ya que si con la segunda se deja de pagar capital, pero se siguen pagando intereses, en la primera el objetivo es no pagar nada, ni capital ni intereses, con lo que la ganancia neta de los titulares hipotecarios es evidente, ya que pueden permitirse sobrevivir de una manera más airosa.
Por ello, ADICAE ha apostado definitivamente por la moratoria hipotecaria como la solución al problema hipotecario español. Ya presentó hace unos meses sus propuesta de moratoria por tres años ante el Congreso de los Diputados, y esta pasada semana ha hecho lo propio ante la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, con el objetivo de cambiar la legislación hipotecaria.
La idea de ADICAE es que la moratoria hipotecaria detenga todos los embargos y los procesos judiciales en curso, así como permita una moratoria de tres años, ampliables a cinco, a todas los titulares hipotecarios que estén viviendo procesos de desempleo continuados, de reducción neta de salario o de jornada, o que tengan a su cargo personas dependientes.
La medida se aplicaría a todas las hipotecashasta los 200.000 euros, con posibilidad de ampliarlos hasta los 300.000, según los casos, con lo que se cubriría el espectro social casi en su totalidad, otorgando una segunda oportunidad a las familias con mayores dificultades para que puedan empezar de nuevo.