El Banco de España publicó el lunes los datos de la tasa de morosidad soportada por las entidades financieras durante este pasado mes de julio y las cifras nos han retrotraído a febrero de 1995, en plena crisis económica, ya que se ha situado en el 6,94% muy por encima del valor arrojado durante el mes de junio.
Durante el sexto mes del año, la tasa de morosidad se situó en el 6,69% (aunque en un principio había sido fijada en el 6,42%, el Banco de España ha modificado su cálculo incrementando el valor de esta tasa de morosidad al alza), lo que demuestra que la crisis, lejos de haber quedado atrás, sigue estando presente en el día a día económico a todos los niveles.
En cuanto a volumen total de créditos susceptibles de impago, que son los que recoge la tasa de morosidad, las entidades financieras soportaron durante el mes de julio un total de 124.720 millones de euros, muy por encima de la barrera psicológica que queda fijada en los 100.000 millones de euros, y casi 3.000 millones de euros más que en el mes de junio.
Recordemos que al inicio de la crisis, a finales del año 2008, la tasa de morosidad sólo era del 3,37%, con lo que durante estos años de recesión económica las entidades financieras han empeorado su situación frente a los impagos en algo más de tres puntos porcentuales lo cuál es inasumible para cualquier economía.
Pero el mayor problema asociado a una tasa de morosidad tan elevada proviene del hecho de que las entidades financieras acabarán por bloquear aún más el flujo de crédito, de manera que si hasta ahora estaban limitando la concesión de créditos a familias y empresas por el alto riesgo de impago, la situación no hace sino empeorar a cada momento.
Y un flujo normal del crédito y de la financiación en la economía es fundamental para que se pueda iniciar de una vez por todas la recuperación económica, algo que cada día parece más lejos ante los constantes problemas de deuda pública que siguen asolando a todos los países, sin excepción, de la Unión Europea, y con la situación griega a punto de estallar.