Con el aumento del temor de que Grecia se declare en bancarrota, los bancos franceses se han llevado un buen varapalo este lunes debido a su fuerte exposición a la deuda del país heleno. Otro afectado ha sido el euro, al perder los inversores la confianza en que la zona euro sea capaz de superar una crisis de deuda pública que no deja de crecer.
Las acciones de Société Général, BNP Paribas y Crédite Agricole perdieron más de un 10% ante los rumores de que la agencia de calificación de riesgos Moody’s rebajará su rating debido a su fuerte inversión en deuda griega.
La repentina dimisión el pasado viernes del economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Juergen Stark, y los comentarios realizados por varios políticos alemanes sugiriendo que Atenas podría tener que declarar la bancarrota y salir de la eurozona han llevado al euro a marcar su menor cotización en 10 años frente al yen y en siete meses frente al dólar, aunque al final se recobró un poco.
La nueva crisis ha forzado a Société Général, el banco francés más castigado, a anunciar medidas radicales que desde la entidad se negaba que fueran a tomar hace solo una semana: acelerar la venta de activos y profundizar en el recorte de gastos para conseguir disponer de 4.000 millones de euros en capital fresco.
Las acciones de Société Général se están vendiendo a un mínimo histórico de 15.55 euros, habiendo perdido más de dos tercios de su valor en los últimos siete meses. El valor de mercado del banco se ha reducido de los 110.000 millones de euros a mediados de 2007 a solo 12.000 millones este lunes, un valor menor que el de una empresa de bebidas como Pernod Ricard o una firma de modas como Christian Dior.
El presidente ejecutivo de la entidad bancaria, Frédéric Oudéa, ha intentado despejar las dudas acerca de una posible intervención del estado declarando que el tema ni siquiera está en discusión.
También el ministro de economía francés, François Baroin, ha salido en defensa del sistema bancario galo asegurando que es lo suficientemente fuerte como para soportar cualquier crisis que se pueda producir en Grecia.
Sin embargo, las aseguradoras y los bancos franceses no solo son los que más dinero han invertido en deuda griega, tanto directamente como a través de sus filiales en el país heleno, sino que además son también los más expuestos a la deuda italiana, la cual también se encuentra en la línea de fuego de los mercados.
Grecia ha vuelto a iniciar contactos para conseguir el rescate de 8.000 millones de euros que necesita tras anunciar un nuevo impuesto inmobiliario que busca cubrir otro agujero más en su presupuesto para 2011. Al país solo le queda dinero para unas semanas, tras lo cual no podrá pagar las pensiones ni los sueldos de los funcionarios.
También se espera que Moody’s baje a lo largo de esta semana el rating de Italia hasta el Aa2.
Por su parte, el Banco Central Europeo ha comprado 14.000 millones de euros de deuda de los países de la zona euro la semana pasada, la mayor cantidad en tres semanas, en un intento de mantener bajos los costes de la deuda de los países periféricos.
En la actualidad el BCE tiene en su poder 143.000 millones de euros en deuda italiana, española, griega, portuguesa e irlandesa, uno de los puntos de controversia que ha desencadenado la dimisión del “halcón” Stark.
Con este panorama, parece que Europa seguirá mirando al abismo durante los próximos meses.