Queridos lectores, lo de mostrar aprecio por un candidato político determinado e incluso participar en las campañas electorales mediante mítines, reuniones, pancartas, escenarios y pabellones varios, es en España –y en otros muchos pises desarrollados- algo habitual dentro de la lógica libertad individual y política reconocida por nuestra Constitución.
Otra cosa son las contribuciones en forma de dinero en metálico o cualquier tipo de dádiva o presente dinerario que implique un futuro trato de favor en caso de que el candidato receptor salga elegido para un cargo público. Para ver cómo funciona el sistema de “apoyo” a los aspirantes a gobernar en el otro lado del Atlántico, repasaremos o descubriremos -según los casos- para “pequeños y medianos inversores” lo que llamaremos: “Las donaciones a los políticos en USA”.
Debemos conocer que es muy debatido el sistema de aportaciones a las campañas electorales en EEUU, como siempre la división de opiniones es lo habitual, pero la gente de ese gran país se pregunta seriamente cosas como: ¿Ha aumentado excesivamente la influencia de Wall Street en la política americana?
En la última década las aportaciones a los políticos USA de ciudadanos o empresas del sector financiero con cantidades superiores a 10.000$ han aumentado un 405%, lo que “en la calle” se empieza a ver con malos ojos, conscientes de que ese aumento tan exagerado de ingresos que provienen del mundo del dinero, podría forzar las nuevas leyes que protejan las grandes corporaciones y sus intereses.
La respuesta de muchos ciudadanos en las grandes ciudades como Nueva York o Washington ha sido salir a la calle a protestar con un lema muy claro y explicito como: “Ocupar Wall Street”, tras una sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos que habilitaba a las empresas a contribuir de manera ilimitada en las campañas políticas.
Según las encuestas, dos de cada tres ciudadanos norteamericanos están a favor de limitar las cantidades que puedan aportar los grupos de presión o “lobby”, dado que para estos grupos, la intención de manejar de manera indirecta las políticas económicas del gobierno de turno es algo que históricamente ha quedado demostrado en sectores como el tabaco, la industria del automóvil, el petróleo o las finanzas.
COMENTARIOS Y CONSEJOS:
En la batalla por alcanzar la presidencia de EEUU, para ocupar “El sillón de la Casa Blanca”, los candidatos se someten mutuamente a una batería de ataques que van desde el terreno profesional, religioso e incluso personal o familiar.
En el “todo vale” con el que se mezclan sus acusaciones, siempre salen al disparadero mediático las críticas más o menos agresivas por los excesivos acercamientos de alguno de ellos al entorno Wall Street –con sus grandes y poderosos grupos financieros– por los apoyos monetarios recibidos de estos y sus especiales predisposiciones hacia unas políticas de “liberalismo económico salvaje”, muy del agrado de gran parte de las macro-corporaciones afincadas en ese lugar tan famoso y mundialmente conocido del Bajo Mahattan en la ciudad de Nueva York.
Los datos sobre las aportaciones recibidas tanto por el grupo de los republicanos como de los demócratas varían -como siempre- dependiendo del medio de comunicación que los publique así como por su tendencia ideológica, dándose el caso de acusaciones como la del candidato Mitt Romney, que al parecer, acusó a Obama de recibir del sector financiero más dinero que todos los candidatos republicanos juntos.
Inmersos los americanos en una precampaña electoral que se antoja “emocionante e incierta en su resultado”, se han venido dando casos interesantes o llamativos que podrían indicar que los grupos de presión se empiezan a inclinar hacia el lado de la balanza republicana y nos puede servir de ejemplo el siguiente caso: “Tras las declaraciones de posicionamiento firme del Presidente Obama en contra de ciertas prácticas de Wall Street”. El mandatario ha visto reducido su apoyo en comparación con su primera campaña, hasta el punto de que en una cena para recaudar fondos con un precio de 10.000$ por plato y aderezado con la presencia del magnate Warren Buffet, un invitado presente al evento -citado por el diario New York Post- manifestó tras la gala: “El acto ha sido decepcionante”.
Se desconoce fielmente si se refería a la cena y sus viandas o al apoyo financiero-empresarial hacia el partido de Obama, pero la mayoría de la prensa americana se mantiene en que: “Los manjares estaban exquisitos”.
(Ver artículos “El Dow Jones es la referencia bursátil” y “Goldman Sachs y la mano que mece la cuna”).
La frase que acompaña a este artículo dice así: «La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano», Francois Marie.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos la actualidad económica y financiera para lectores como usted. Esto será otro día.