Las emociones descontroladas del inversor

Queridos inversores, la situación actual de los mercados de valores convertidos en un tobogán de subidas y bajadas, de manera repetitiva sin que se perfile una definitiva y clara tendencia, origina un estado de tensión emocional en las personas que participan de los mismos, que pone a prueba la estabilidad emocional así como la preparación psicológica del inversor.

Como venimos recordando en otros artículos de esta sección, las turbulencias bursátiles crean dudas, inseguridades y porque no decirlo, hasta pánico al inversionista menos preparado para este tipo de actuación del capital destinado en la renta variable. Por ello hoy para nuestros “pequeños y medianos inversores”, intentaremos descubrir cómo influyen dichas situaciones de los mercados de bolsa en las personas y qué medidas se deben adoptar de manera preventiva o reparadora, para evitar caer en graves errores de consecuencias dinerarias muy adversas, mediante lo que denominaremos: “Las emociones descontroladas del inversor”.

Es por todos conocido, que el inversor desea honradamente que su dinero trabaje por él y aumente su capital monetario, para este menester dedica su tiempo a intentar buscar el valor que se adecue a sus preferencias, previsión de beneficios futuros, sector determinado y poner en éste sus propios objetivos de ganancias, así como sus stop de pérdidas que delimiten los márgenes en los que está dispuesto a manejarse en su búsqueda de finalización feliz de la inversión elegida.

Pero en los momentos de fuerte presión en los mercados, entrarán a “jugar” varias emociones lógicas del ser humano, que pueden interferir en el desarrollo posterior de la inversión si el inversor no está convenientemente preparado en el terreno psicológico y puede dar al traste con la formación técnica del mismo. Estos son algunos de los factores emocionales más habituales:

  • La avaricia: Es la emoción desordenada y descontrolada por ganar más y más hasta el punto de distorsionar el raciocinio del inversor, que le pueden llevar a sentir que es capaz de seguir aumentando su capital de manera continua e ilimitada en el tiempo, obligándole a adoptar medidas o decisiones precipitadas, sin análisis previos, perjudiciales para sus intereses en momentos determinados de compra y venta de acciones o participaciones en fondos de inversión.
  • El temor excesivo: Tener un temor racional ante una inversión, es algo normal dentro de la actitud humana de salvaguardar los bienes conseguidos durante la vida personal como individuo social, pero no es este temor al que nos referimos, el que nos ocupa es algo parecido a la irracionalidad, el bloqueo mental, el miedo a perder un porcentaje de la inversión… la mitad de ella o… el total, con lo que se pasa al temor psicológico al fracaso económico y personal. Esta situación emocional puede impedir reaccionar de manera correcta ante los giros del mercado y tiene distintos orígenes como son la falta de confianza, la inexperiencia, la débil formación, la indecisión o simplemente el mal asesoramiento del inversor.

COMENTARIOS Y CONSEJOS

Desde que empezamos hace más de un año esta sección de Consejos de Bolsa, hemos publicado diversos artículos referidos y especialmente dedicados para los inversores noveles que comienzan en este mundo de la renta variable, con la idea de hacer – en lenguaje coloquial – más accesible y entendible los distintos factores técnicos y humanos que influyen en la inversión en los mercados de valores.

¡¡¡ Toda preparación es poca !!! Sabiendo que no hay recetas mágicas para triunfar, si debemos ser consecuentes con nuestros actos y estar preparados para asumir los riesgos para los que estemos dispuestos según nuestras “cualidades inversoras”. El éxito en las inversiones bursátiles, radica en conseguir llegar a un término medio entre la prudencia necesaria ante un riesgo monetario personal y la audacia controlada para conseguir una mayor rentabilidad del capital destinado a la inversión.

Las crisis económico-financieras globales y especialmente en la zona euro como la actual, para unos inversores es motivo de grave preocupación, desazón, inquietud, dudas y temores, pero para los más “veteranos”, preparados o simplemente arriesgados, es un cúmulo de oportunidades para comprar barato valores de calidad afectados por la generalización del miedo y : “Las emociones descontroladas del inversor”.

¿Y usted?… ¿Qué tipo de inversor cree que es?

(Ver artículosLa gestión del riesgo en la inversiónyLa decisión de invertir en Bolsa).

La frase elegida para este artículo dice así: “Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia”, Santiago Ramón y Cajal.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos comentando y asesorando para lectores como usted. Esto será otro día.

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