Porque si no empezamos, no llegaremos a ningún sitio.
Uno de los pilares principales de las finanzas personales consiste en fijarnos objetivos. Descubrir a dónde queremos llegar, ponerlo por escrito, idear un plan y seguirlo – estos son los pasos que nos dan poder. De hecho, es una actitud que puede cambiar nuestras vidas y abrirnos todo un mundo de posibilidades. Marcarnos una meta, tanto si es pagar nuestras deudas como encontrar un determinado trabajo, nos proporciona un contexto de crecimiento y aprendizaje de gran valor. Lo que es más, nos lleva a proponernos otros retos en los que nunca antes habríamos pensado.
Si hecho lo vista atrás, me veo endeudada y con una vaga idea de hacia donde encaminar mi vida. ¿Qué hizo posible el cambio? Sin duda alguno, los objetivos, pero hay algo mucho más concreto detrás de ellos: el momento en que decidí dar un paso adelante y empezar.
Las cosas con las que soñaba se han ido cumpliendo porque un buen día decidí dejar de soñar y empezar a hacer cosas. Por ejemplo, hubo un día que empecé a reducir mi deuda porque decidí que tenía que poner mis finanzas bajo control. Estudié qué gastos no podía sostener, ideé un plan y empecé a ponerlo en práctica de inmediato.
Por supuesto, cuando miro a mí alrededor me doy cuenta de que todavía me quedan muchos sueños por cumplir. Me gustaría trabajar para una editorial, invertir mis ahorros de forma más productiva. Quién sabe, tal vez incluso escribir un libro.
Grandes objetivos, grandes sueños. Pero ningunos de ellos se hará realidad si no me planteo seriamente empezar a trabajar en ellos. Podemos soñar todo lo que queramos, si no damos ese primer paso adelante, nunca conseguiremos nada.
Casi todos tenemos uno o dos sueños más o menos importantes. Un cambio en nuestra carrera, en nuestro estilo de vida, en nuestra dieta, en nuestro círculo social…
Hoy es el día ideal para que empecemos a caminar por la senda que nos llevará a hacerlos realidad.
Y este es mi reto. Esta noche, cuando vuelvas a casa, pasa un par de horas pensando en ese gran proyecto que siempre has tenido en mente. Siéntate y piensa en la mejor manera de pasar del punto en el que están al punto en el que quieres estar. Pon ese plan por escrito, y da ese primer gran paso hacia tu nueva vida.
Esta actitud positiva y proactiva no solo te hará sentir mejor. Muy pronto, te darás cuenta de que estás haciendo progresos reales, y que ese sueño que parecía fuera de tu alcance, no está tan lejano como parece. Lo que es mejor, crecerás como persona al mismo tiempo.
Lo mires por donde lo mires, estarás ganando algo solo con hacer el intento.
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