En las últimas semanas se viene comprobando un movimiento por parte de las entidades financieras, mediante el cuál están huyendo de los depósitos bancarios y comenzando a comercializar pagarés, en su lugar, con el objetivo de evitar el tener que abonar las penalizaciones fijadas por el Gobierno al Fondo de Garantía de Depósitos por exceso de rentabilidad.
Pero, ¿qué son exactamente los pagarés bancarios?
No son más que títulos de renta fija con un plazo determinado. Este plazo suele oscilar entre un mes y dos años, de forma que una vez finalizado el mismo el cliente recibe por parte de la entidad financiera que firma el pagaré el capital invertido más los intereses acordados en el momento de la firma del mismo.
¿Qué diferencias tienen con los depósitos bancarios?
1. Rentabilidad: En estos momentos los depósitos bancarios siguen ofreciendo una rentabilidad mayor a la que pueden ofrecer los pagarés bancarios. Según los datos a 30 de septiembre, numerosos depósitos superan ya el 4% de rentabilidad, mientras que los pagarés están oscilando entre el 3% y el 4%.
2. Cancelación anticipada: Los depósitos bancarios garantizan el capital siempre y bajo cualquier circunstancia, independientemente de que se realice una cancelación anticipada. Los pagarés, por su parte, no pueden garantizar el capital, ya que en caso de cancelación anticipada el título de renta fija es comercializado en el mercado secundario y el valor que reciba el cliente en última instancia dependerá del precio que se consigue en esa comercialización.
3. Garantía: Los depósitos bancarios están totalmente garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos, hasta un máximo de 100.000 euros, mientras que los pagarés sólo están garantizados por la entidad financiera que los firma, por lo que si ésta quiebra, el cliente no cobrará su dinero.
En definitiva, aunque desde el punto de vista de las entidades financieras los pagarés bancarios podrían tener diversas ventajas de cara al ahorro, desde el punto de vista del consumidor los depósitos siguen siendo más interesantes, ya que garantizan al 100% el capital y hoy por hoy todavía ofrecen una mayor rentabilidad, a la vez que permiten una cancelación anticipada en caso de necesidad en un momento determinado.