Cuando era más joven y estúpida, me convertí en una adicta al gasto. Era inseparable de mi tarjeta de crédito, con la que acumulé una deuda bastante sustanciosa. Ahora no tengo deudas y he podido hacerme con un buen colchón financiero, pero aún no he conseguido llegar al punto en el que no cometa errores financieros. Saber manejar los errores y reveses financieros es una herramienta importante para cualquier persona interesada en sus finanzas personales.
Prevenir problemas
La mejor defensa es un buen ataque. Solía pasar demasiado tiempo reaccionando a los problemas: averías del coche, facturas devueltas y -lo peor de todo- mis propias malas elecciones. Nunca era capaz de ir por delante.
Después me di cuenta de que la mejor manera de defenderse contra los reveses financieros era prepararse para combatirlos antes de que llegaran. Parece simple, lo sé, pero son cosas sencillas como ésta las que construyen las bases de unas finanzas personales inteligentes. Hay dos métodos en particular que me han parecido útiles para evitar muchos contratiempos:
1. Educación – Cuando por fin me sentir frustrada por mi falta de conocimientos financieros, empecé a leer sobre finanzas personales. Leí libros, revistas y blogs. Lo que es más importante, hablé de ello con los amigos que yo sabía que tenían el control de sus finanzas. Estuvieron encantados de aconsejarme, y yo de aceptar que sus consejos.
2. Preparación – Comencé a construir mi propio fondo de emergencias. Si tienes un colchón de dinero, tus planes financieros no se verán paralizados por un solo error (a no ser que sea muy grande).
Recogiendo los pedazos
La educación y la preparación sólo llegan hasta un determinado punto; seguirás cometiendo errores cada cierto tiempo. Por lo tanto tienes que aprender a recoger los pedazos. Las cosas no quedarán exactamente igual, pero hay algunas tácticas que puedes seguir para minimizar el daño:
No te asustes. Cuando sufres un revés o te das cuenta de que has cometido un error, se te hace un nudo en el estómago. Es fácil sentirse superado por la situación. Relájate. Tómate tiempo y trata de distraerte. Mejor si puedes incluso dormir -es increíble cómo haciendo esto mejoras tu perspectiva de las cosas.
Retírate si es posible. Algunos errores pequeños pueden corregirse. ¿Acabas de gastar demasiado dinero en una Xbox o en ropa nueva? ¿Tiene remordimientos por ello? Devuelve los artículos si puedes. O véndelos para recuperarte en lo posible de la pérdida. ¿Te apuntaste a un gimnasio y ahora te arrepientes? Es posible que puedas cancelar el contrato fácilmente. Si has cometido un error, lo primero es tratar de dar marcha atrás.
Evalúa tus opciones. Desgraciadamente, no todos los errores se pueden revertir. Si tienes un accidente con el coche y lo dejas en siniestro total, es imposible dar marcha atrás. Intenta encarar la situación lo mejor que puedas. Céntrate en tus metas a largo plazo y haz una lista de todas las opciones de las que dispones. No tomes una decisión apresurada. Se inteligente.
No dejes que te hunda. Cuando las cosas van mal, es fácil caer en la tentación de aliviar el estrés o el dolor gastando más dinero. Cuando compramos cosas nos sentimos mejor, pero el gasto tiene el efecto contrario. Nos hará sentir culpables de lo que hemos comprado, y esa culpabilidad nos empujará a salir y gastar más. Lucha contra ese impulso. No dejes que un problema acabe convirtiéndose en una bola de nieve.
Aprende de tus errores. Averigua qué fue mal. ¿Cómo consiguieron venderte ese juego de cuchillos tan caro? ¿Qué puedes hacer en el futuro para prevenir que algo así te vuelva a suceder? Aquí estamos caminando por una línea muy fina: no queremos que te mortifiques, pero hay que conseguir no volver a cometer el mismo error.
No caigas víctima del «lo recuperé». Si pierdes algunos de tus ahorros por una mala inversión, acepta las pérdidas y sigue adelante. No te obceques intentando recuperar el dinero inmediatamente, porque te llevará a tomar decisiones precipitadas que probablemente te generen aún más pérdidas.
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