Cada vez son más habituales los productos que combinan seguros con productos de ahorro, dicho de otra forma, en la actualidad se ha roto el muro que separaba la línea de los productos de ahorro y los productos de seguros, y en muchas ocasiones esa línea se difumina y diluye entre el magma de productos que combinan una y otra realidad, pueden resultar productos muy interesantes, pero conviene conocerlos.
Este tipo de productos son muy habituales entre los productos de ahorro a largo plazo constituidos como una póliza de vida, es decir, son aquellos seguros de vida que mediante el abono de una prima (cuidado, pues es muy importante el concepto de prima y no el de aportación u otra denominación) en caso de fallecimiento, invalidez o cualquier otra circunstancia que figure en la póliza recibiremos el capital suscrito. La particularidad en este caso es que no abonamos una prima a “fondo perdido” y que solo percibiremos la prestación en caso de siniestro, sino que la prima en sí misma es una especie de capital que nosotros nos vamos constituyendo como ahorro.
Por tanto se puede decir que en realidad lo que estamos haciendo es creándonos un fondo de ahorro y solo una pequeña parte de toda la prima se aporta como una prestación complementaria en caso de siniestro. Decir que si bien estos productos mixtos de ahorro y vida no son ilíquidos, por norma general están pensados a largo plazo, por lo que antes de firmar la póliza deberemos asegurarnos que plazo de liquidez tienen y las penalizaciones o condiciones al respecto.
En este tipo de seguros de ahorro y vida, dos puntos muy interesantes a mencionar, además de la liquidez de los mismos son la rentabilidad de lo que aportemos y la fiscalidad ventajosa que podemos lograr con los mismos.