La necesidad de reconocimiento

La mayoría de nosotros trabajamos duro para vivir. Vamos al trabajo, ponemos al menos parte de nuestro corazón y energía en ello, y volvemos a casa cansados, pero con un salario. Algunas personas disfrutan con esta rutina y otras no.

Habiendo trabajando en diferentes empleos a lo largo de mi vida -y habiendo conocido a muchos otros trabajadores durante años- me he ido dando cuenta de algunas cosas sobre la naturaleza del trabajo y las personas trabajadoras -les gusten sus empleos o no.

¿Cuál es el factor más importante en muchos casos? El reconocimiento.

Una y otra vez se repite el mismo patrón. Un trabajador decide llevar su desempeño en el trabajo un poco más allá, haciendo su tarea con total maestría. Incluso mantiene esta línea en el tiempo.

Su supervisor y/o sus compañeros, a veces, reconocerán ese trabajo duro y le felicitarán por él. Eso está bien. Puede que incluso su entrega en el trabajo surja como tema de conversación, lo cual es incluso mejor. Tal vez se vea recompensado con un extra o algún beneficio especial, o sea elegido «empleado del mes». A lo mejor hasta consigue un ascenso. ¡Eso es genial!

La gente que ve reconocido su trabajo tiende a esforzarse más en sus tareas. Les gusta que admiren sus éxitos -y siempre quieren más.

En otras ocasiones, el trabajo duro de una persona puede verse ignorado -o quizás su empleador piense que dar el máximo es lo normal y que no merece ningún reconocimiento extra. En la mayor parte de los casos, esa persona volverá a hacer lo mínimo requerido para no perder su empleo. En lugar de verlo como un reto con una recompensa final, el trabajo se convierte en una carga.

La necesidad de reconocimiento siempre estará en nuestras vidas. A uno le hace sentir mucho mejor recibir una atención positiva por parte de otras personas, no así ser recibido con indiferencia o con impresiones negativas. El reconocimiento también está detrás de muchas de las pequeñas decisiones que tomamos.

Esa necesidad de reconocimiento es una de las grandes razones por las que la gente toma decisiones financieras poco convenientes. Comprar un coche de segunda mano no va a impresionar a los vecinos, pero un Mercedes deportivo último modelo sí. Un apartamento pequeño no llamará la atención, pero uno grande y bonito exquisitamente decorado recibirá muchos comentarios positivos. Es una trampa en la que mucha gente suele caer, comprar cosas para impresionar a los demás y conseguir su atención, aunque sea por poco tiempo.

La dura realidad, sin embargo, es que ese tipo de reconocimiento es muy fugaz. En cuanto la gente impresionada se vaya y el asunto de la gran compra quede olvidado, el afortunado comprador se encontrará con grandes facturas y un presupuesto estrujado hasta el límite para cubrirlas. El reconocimiento se acabó, pero tiene que ser pagando por él.

Hay otro camino, sin embargo. Baja el precio de tus adquisiciones, sobre todo en estos tiempos de crisis en los que no queda más remedio que apretarse el cinturón. En lugar del coche nuevo, escoge el mismo modelo pero de segunda mano. Compra una casa más pequeña, o decórala de una forma más sencilla. Por supuesto, estas compras no te suministrarán un reconocimiento inmediato, pero te harán ganar otras muchas cosas. No estarás ahogado en deudas, lo que te permitirá ahorrar para el futuro. Y el ahorro puede conseguirte cosas mucho más valiosas -capacidad para viajar, seguridad financiera, un plan de pensiones privado, etcétera.

Y lo que es más interesante aún, que esas buenas decisiones financieras acabarán por conseguirte reconocimiento a largo plazo, y lo que es más importante, no tendrás que enfrentarte a un montón de terroríficas facturas y las ataduras que esto supone, como una gran necesidad de mantener unos altos ingresos para poder cubrirlas.

¿Cuál es el mensaje de todo esto? El reconocimiento es importante para todos nosotros -y muchas decisiones en nuestras vidas nos tomamos pensando en recibirlo. Pero si no nos dejamos llevar por el atractivo del reconocimiento inmediato y ponemos nuestras miras en el largo plazo, normalmente es mucho más valioso tomar decisiones financieras conservadoras en lugar de gastar por encima de nuestras posibilidades.

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