Hay gente cuyo sentido de la moralidad y la ética es ínfimo o simplemente nulo. Se mueven por el mundo con la creencia de que si mienten o falsean la realidad y alguien les cree, pueden llevarse el dinero de esa persona porque no debería ser tan estúpida.
Hay montones de personas que entran dentro de esta categoría. En lugar de darles a los demás un trato justo, están mucho más interesados en hacer lo que sea con tal de conseguir que la mayor cantidad de gente posible les de algo a cambio de nada, o de casi nada. Así que ojo con las estafas, mantente alerta. La prudencia es la mejor aliada del consumidor, junto con una dosis saludable de desconfianza.
Por supuesto, si cualquiera de nosotros caemos en este tipo de trampa, pagaremos con nuestro dinero, nuestras propiedades y hasta nuestra identidad.
Afortunadamente, hay ciertas señales de alarma que suelen aparecer en los tipos de estafas más comunes. He aquí una pequeña lista con diez de ellas.
Emails no solicitados. Si alguien te manda repentinamente un email sugiriéndote algún tipo de negocio, o pidiéndote dinero, ignóralo. Bórralo inmediatamente. Los únicos emails con los que debes perder el tiempo son los de personas con los que ya tienes una relación. Todo lo demás debería ir directamente a la papelera.
Llamadas telefónicas no solicitadas. De forma similar, si alguien te hace una llamada proponiéndote un negocio o una transacción financiera de cualquier tipo, pide que te eliminen de su lista de llamadas y cuelga el teléfono. Los riesgos de estos contactos no solicitados son mucho mayores que los beneficios potenciales.
Correo no solicitado. Sí, el correo basura de toda la vida. Tíralo a basura inmediatamente. Si ves alguna oferta que realmente te interese, investiga por tu cuenta y descubre cómo acceder a ella sin seguir las instrucciones del correo no solicitado.
Consejo: Podemos resumir los tres puntos anteriores aconsejando no gastar ni un segundo de nuestro tiempo en comunicaciones no solicitadas que te ofrezcan cualquier tipo de producto o servicio, o que te pidan dinero por cualquier motivo. Si quieres comprar ese producto o servicio, entra en contacto con la empresa o la tienda suministradora e inicia las conversaciones tú mismo. De esta forma, podrás verificar por lo menos hasta cierto punto que la organización es legítima.
Tácticas de presión. Si alguien intenta provocarte algún tipo de emoción – culpabilidad, rabia, estrés, etc. – para venderte algo, no compres bajo ningún concepto. No hay ninguna oferta que se merezca que nos traten así. Ve de compras de nuevo y encuentra un vendedor que tenga la confianza suficiente para vender su producto sin hacerte sentir incómodo.
Peticiones de información personal. El único momento en el que un vendedor debe pedirte información de carácter personal es cuando tú has iniciado el contacto y abres una cuenta con él por primera vez. Después, no debería haber más peticiones de este tipo de información. Si alguien contacta contigo bajo el pretexto de que necesita tus datos, no se los des. Si es un negocio con el que ya has trabajado, contacta con ellos tú mismo para asegurar que se trata de una petición legítima. Un ejemplo claro de esta categoría de estafa es el phishing, los emails supuestamente enviados por nuestro banco, o cualquier otra empresa (eBay, Amazon, etc.), en el que se nos solicita nuestro nombre/número de cuenta y nuestra clave personal. Jamás uses links o números de teléfono que no hayas buscado tú mismo o que no hayas recibido en persona en la empresa o sucursal bancaria.
Negativa a proporcionar documentación. Si está tratando de llegar a un acuerdo con una empresa y se niegan a proporcionarte la documentación que necesitas para cerrarlo, no sigas adelante. No les des ni un euro. No les des información personal. Cualquier organización legítima te dará toda la documentación que necesites.
Negativa a proporcionar información de contacto. Si alguien contacta contigo para llevar a cabo cualquier tipo de intercambio comercial pero se niega a darte información de contacto verificable, suspende todo tipo de diálogo. El único motivo por el que un negocio no da su información de contacto es porque no quiere que sus clientes les hagan reclamaciones una vez que se ha hecho con su dinero. Y tú no quieres ser uno de ellos.
Negativa a usar formas de pago rastreables. Si un negocio solo acepta dinero en metálico como forma de pago, abstente de comprar. Por supuesto que pueden aceptar el tipo de pago que quieran, pero negarse a usar formas de pago que tú puedas rastrear, como una tarjeta de crédito, significa que no quieren que puedas probar que la transacción se ha llevado a cabo, y eso nunca augura nada bueno.
Negativa a presentar credenciales o pruebas de sus afirmaciones. Una vez más, si una empresa hace alguna afirmación pero no puede aportar referencias o prueba alguna de la misma, ciérrales la puerta. Esto es algo que siempre tenemos que comprobar. Pide la licencia. Pide referencias. Si no pueden proporcionártelas, contrata a otros.
Consejo: Dicho simplemente, si solicitas cualquier tipo de información que esté dentro de lo razonable y se niegan a dártela, desconfía. Cualquier negocio legítimo te dará la información y la documentación que pidas, siempre que sea una petición lógica. Todos los puntos anteriormente mencionados son completamente razonables.
Promesas acerca de formas extremadamente simples de ganar dinero. Aclarémoslo desde el principio. No puedes empezar a ganar miles de euros sentando tranquilamente en casa (a no ser que tengas una suerte increíble y ganes la lotería o algo así). No hay forma garantizada de conseguir un montón de dinero invirtiendo poco. Este tipo de cosas no funcionan – no tienen sentido desde un punto de vista económico. Si te ofrecen algún método increíblemente sencillo de conseguir dinero, no hagas caso. Las posibilidades de que se trate de una oferta legítima son mínimas, y no merece la pena arriesgarte a sufrir las pérdidas de caer en una estafa.
Para finalizar, si algo te parece extraño o inusual por cualquier razón, no sigas adelante. Siempre podrás adquirir ese producto o servicio de una fuente legítima, sin enfrentarte a los dolores de cabeza que te puede dar un estafador.
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