A la hora de realizar análisis bursátiles sobre las distintas empresas que cotizan en los mercados de valores, los encargados en esta materia, analistas técnicos, fundamentales, economistas o expertos gestores, normalmente suelen dedicar su tiempo al seguimiento de las compañías con mayor peso en su capitalización y mayor conocimiento mediático para el gran público.
Los diferentes puntos de vista según la visión y pronósticos de estos profesionales están muy vinculados al corto plazo, con el fin de la consecución de un rápido retorno de la inversión y lograr de manera acertada un aumento de los beneficios para alegría y contento de los “pequeños y medianos inversores”. Reconociendo que básicamente es su función, también debemos saber que dentro de las distintas alternativas en los mercados si se quiere maximizar la inversión en el largo plazo, será conveniente y adecuado, plantearse la apuesta por otras empresas de mediano e incluso pequeño tamaño pero con opciones en conseguir buenas rentabilidades futuras para los inversores más pacientes.
La búsqueda de la seguridad absoluta en la Bolsa suele ser una quimera que muchos persiguen, aún a sabiendas, de que la renta variable como su nombre indica… es eso … ¡Variable! Por lo tanto, la colocación de nuestro dinero en valores contrastados y grandes empresas con fuertes volúmenes de negocio nos dará una confianza personal superior, pero nos limitará conseguir alcanzar las oportunidades que nos pueden ofrecer pequeñas empresas cotizadas con negocios en expansión e interesantes posibilidades de crecimiento y por lo tanto, una potencial y fuerte revalorización de sus títulos.
Debemos recordar que algunas empresas de las llamadas “Blue Chips”, algún día emergieron en el mercado siendo pequeñas empresas con incierto futuro empresarial y alto riesgo de inversión, pero que pasados unos años, sus diversos gestores han sido capaces de generar crecimiento y riqueza para sus accionistas que apostaron en sus titubeantes inicios… por ellas.
Siempre se debe separar “el grano de la paja bursátil”, por lo que se requiere de un detallado estudio y análisis de cada empresa de pequeño tamaño que nos pueda interesar para la inversión a largo plazo. La actualidad tecnológica nos revela que constantemente aparecen en los mercados de valores empresas con productos novedosos con grandes posibilidades de expansión dentro de su nicho de negocio empresarial lo que las convierte en “oportunidades” (no exentas de riesgo) para conseguir el éxito inversor en forma de buenas plusvalías y estímulo moral personal, ante el acierto a la hora de decidir realizar la compra de acciones de una empresa por la que la mayoría nunca pensó apostar.
La apertura de nuevos mercados es una constante necesaria para cualquier empresa multinacional, pero algunas muy consolidadas en los mercados globales, tienen mucha dificultad para seguir ampliando su negocio por carencia de posibles clientes con suficiente dinero para gastar o debido a la recesión en las zonas económicas de sus habituales consumidores, lo que les supone no poder generar beneficios suficientes y esto se transmite de forma casi automática a la cotización y valor de sus acciones en Bolsa.
CONSEJOS SOBRE PEQUEÑAS EMPRESAS COTIZADAS
Antes de proceder a tomar una determinada y definitiva decisión financiera de inversión en los mercados, deberemos recordar algunos conceptos y circunstancias como las siguientes:
- Las pequeñas empresas suelen tener muy rápida flexibilidad en sus modelos de negocio y se adaptan a las necesidades del mercado en busca de la innovación, además, su estructura corporativa de menor tamaño normalmente facilita la toma de las importantes decisiones empresariales.
- El binomio rentabilidad/riesgo siempre está presente en los mercados, por lo que a mayor posibilidad de ganancia económica se asumirá un mayor riesgo financiero no apto para todos los perfiles inversores.
- La diversificación de las carteras de inversión puede permitir la compra de acciones de pequeñas y medianas empresas en porcentajes adecuados a cada estrategia diseñada por el mismo inversor. Siguiendo siempre la disciplina necesaria y utilizando de forma estricta el más común de los sentidos… ¡¡¡ El sentido común !!!
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La frase elegida para este artículo dice así: “Es mejor saber después de haber pensado y discutido que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar”, Fernando Savater.