A la hora de contratar un seguro, ya sea de hogar, de vehículo o de salud, debemos leer muy bien la letra pequeña de la póliza de seguro, y tener precaución antes de firmar. En muchas ocasiones nos dejamos llevar por ofertas o publicidad de seguros que no especifican cuales son los términos concretos del contrato, y que es exactamente lo que el seguro cubre o deja descubierto en el caso de que se produzca una desgracia.
Es importante que antes de firmar ninguna póliza nos familiaricemos con el producto de seguro que deseemos y conozcamos perfectamente todos los detalles acerca del mismo, así como realizar todas las preguntas necesarias para resolver las posibles dudas que puedan surgirnos, ya sea a nuestro banco o aseguradora. En el caso de que nuestra compañía no resuelva nuestras dudas deberemos consultar a quien pueda resolvérnoslas antes de firmar el contrato. Leer todas las condiciones y entenderlas es algo imprescindible antes de firmar y de este modo no llevarnos ningún disgusto en caso de algún accidente o siniestro.
Debemos leer con especial atención todas y cada una de las cláusulas del contrato ya que de lo contrario la cobertura que nos ofrece el seguro puede no ser la apropiada a nuestras necesidades. En el caso de que el seguro no cumpla con nuestras expectativas es recomendable no firmar y escoger otro producto que nos interese y cumpla con todos los requisitos, con el fin de evitar posibles decepciones. La mayor parte de los asegurados no conocen cuales son las limitaciones y exclusiones del seguro que han contratado.
Por ejemplo, en el caso de la póliza de un vehículo es importante conocer detalles como que la aseguradora no cubre el deterioro que se produce en el vehículo por el paso normal del tiempo. Otro ejemplo es en los seguros de hogar, donde existen pólizas que cubren las cerraduras que han sido forzadas, y en cambio otras aseguradoras lo sustituyen por la pérdida o el robo de las llaves del asegurado.
Cada compañía tiene sus excepciones, y cada una de ellas interpreta de una forma u otra las cláusulas de la póliza, y la clave principal está en la letra pequeña de la cobertura de nuestro seguro, la cual debe ser leída con detenimiento.