Preferencias en cuanto a marca y frugalidad

Voy a empezar por decir algo que puede molestar a algunas personas: todos los consumidores del mundo desarrollado tienen preferencias por una u otra marca. Con solo ver la etiqueta de algunos productos, sacamos conclusiones. Puede que hayamos formado estas opiniones por experiencias anteriores, por alguna información o por puro marketing.

Yo soy una más. Por ejemplo, en cuanto a juegos, prefiero Nintendo a Microsoft. En cuanto a cosméticos, prefiero Roc que Olay.

Pero aquí viene lo interesante: se puede distinguir a una persona frugal de otra que no lo es solo con saber las marcas que prefiere. No por las marcas en sí, sino por las razones por las que le gustan.

Prefiero a Roc porque todos sus productos me han ido bien y son económicos. He usado muchas cremas diferentes de esta casa y todas me han satisfecho, mientras que con Olay, que tiene precios semejantes, no me ha ocurrido así. Me parecen cremas de peor calidad, a pesar de todo su márketing.

Me gusta Nintendo porque sus consolas son bastante asequibles en comparación con la competencia, y además tienen un montón de juegos para todos los gusto. Además, conozco a otras personas que usan Nintendo, así que puedo intercambiar juegos con ellos.

Sin embargo, le pregunté a otra amiga qué marca cosmética usaría siempre que puediera, cuál era su favorita, y me respondió inmediatamente que La Mer. ¿Por qué? Pues porque es muy cara, y con semejante precio, debe ser la mejor marca de cosmética del mercado.

¿Tiene alguna experiencia real que así lo demuestre? En realidad no. Ha usado la marca alguna vez, pero en realidad no ha experimentado una mejoría con respecto a otras más baratas. Pero según ella, puede deberse a que ha usado los productos poco tiempo.

Entonces, ¿cuál es la diferencia? Mis preferencias en cuanto a marca normalmente se ven influidas por una buena relación calidad-precio. Además, suelo tengo datos que apoyan mi opinión. Otras personas tienen preferencias que no responden a un criterio racional, a nada tangible, sino que están basadas en respuestas emocionales.

Haz la prueba. Cuando veas alguna marca conocida – y es muy difícil evitarlas –  pregúntate qué opinión tienes acerca de ella. Después pregúntate el porqué. Si tu opinión solo tiene una base emocional – del estilo «esta marca es la mejor», o esta otra «es horrible» – sin nada concreto que lo respalde, tal vez deberías pararte a evaluar tus preferencias.

Después de todo, la frugalidad se basa en encontrar el valor de cada cosa. Si tus decisiones de comprar se ven influidas demasiado por tus emociones, no lo estás buscando.

Si este artículo te ha parecido interesante y hablas inglés, visita thesimpledollar.com.