Un presupuesto para los que no quieren hacer presupuestos: La solución del 60%

¿Estás harto de los presupuestos complicados? Hace unos días comentaba un presupuesto muy sencillo en tres pasos. Ahora os propongo un método igualmente simple y fácil de comprender para decidir cuánto dinero debemos destinar a cada concepto mensualmente.

Lo que tratamos de hacer con un presupuesto es evitar el despilfarro, que siempre lleva al acúmulo de deudas, para así conseguir mejorar nuestras finanzas. En contra de lo que mucha gente piensa, no suele ser importante en qué se despilfarra el dinero -cenando fuera, en entretenimiento, ropa. ¿Qué importa? Un gasto siempre es un gasto.

Os propongo dividir vuestros ingresos mensuales en cinco apartados:

1. Un 60% en gastos periódicos: aquí entrarían comida, ropa, seguros, renta o hipoteca, impuestos y facturas normales como el teléfono. Digamos que son unos “gastos obligatorios.”
2. Un 10% en ahorro: por ejemplo en un plan de pensiones o en una cuenta-ahorro.
3. Un 10% para gastos irregulares: vacaciones, facturas del taller mecánico, electrodomésticos nuevos, etc.
4. Un 10% para deudas a largo plazo: compra de un coche, reformas del hogar, o el pago de alguna factura cuantiosa.
5. Un 10% para diversión: salir a cenar, aficiones, pequeños caprichos, etcétera.

Una buena forma de reducir gastos es disminuir los que son periódicos: suprimir la televisión de pago, comprar menos ropa, reducir los gastos del hogar…

Para mucha gente es difícil reducir estos gastos periódicos porque deben hacer pagos de un monto considerable a causa de gastos asociados a tarjetas de crédito. Si tienes grandes gastos mensuales de este tipo que no son debidos a la hipoteca o a la renta, una opción es destinar el 10% del ahorro y/o el 10% de reserva para el largo plazo a acabar radicalmente con esas deudas. Siempre y cuando, claro está, no sigamos usando las tarjetas de crédito y volviendo a acumular más deuda, o jamás saldremos de ese círculo vicioso.