Si en nuestro país ya es casi de vital importancia disponer de un seguro médico privado que como mínimo complemente las prestaciones y servicios del sistema público, cuando viajamos más allá de nuestras fronteras esta necesidad se torna en casi ineludible. Y es un error muy grave el de todas aquellas personas que viajan y confiando en que “nunca les pasa nada”, lo hacen sin un buen seguro de viaje, que les cubra su salud.
Muchas personas consideran el seguro de viaje una opción sin importancia, un tema secundario en el momento de planificar el viaje, y realmente es un error pues en caso se siniestro toda esa ausencia de importancia, se puede tornar en amargo llanto, y puede acarrearnos muchos problemas. Incluso según los casos puede suponernos un grave problema aunque solo sea por causa de un pequeño percance de salud. La verdad es que no merece la pena ir con el sufrimiento cuando además vemos que las primas que se pagan por este tipo de seguros son muy económicas.
En realidad no deberían existir reticencias por parte de ningún viajero para asegurar la salud, pero mucho menos cuando se viaja a determinados países. Estas reticencias a asegurarse podrían tener algún sentido para los viajeros que teniendo derecho a la cobertura pública sanitaria europea que viajen por territorio comunitario, pues estarán cubiertos por dicho sistema. Pero así y todo será aconsejable dotarse de un seguro adicional privado pues no en todos los países el nivel y la calidad de las prestaciones es el mismo.
Pero por ejemplo si viajamos a los USA ahí si que debería ser casi obligatorio que acudamos con un seguro privado, pues en un país donde casi no existe cobertura pública y casi todo el sistema es privado y de elevado coste, el más pequeño de los percances (de no acudir con un seguro privado que nos cubra), puede suponernos un grave problema y la más grande de las ruinas económicas.