Queridos lectores, en el lenguaje cotidiano de los mercados financieros existen variadas denominaciones para cada producto, unas son más de uso común como: acciones, dividendos, obligaciones etc. Pero hoy, para nuestros “pequeños y medianos inversores” vamos a conocer qué es un contrato de futuros.
Primero veamos cómo se pueden definir los mencionados contratos y sus características:
- Contrato de futuros: Es un contrato cuya negociación se ubica en los mercados de futuros, este se suele referir al suministro de una cantidad de bienes o de instrumentos financieros, limitado en una determinada fecha futura por acuerdo de ambas partes.
- Los contratos se realizan siguiendo unas normas y los actuantes en dicho contrato sólo tienen que acordar el precio y el número de contratos de cada transacción.
- Las posiciones de cada agente se liquidan al final de cada sesión bursátil, no siendo necesario en la mayoría de los casos la aportación “física” de los títulos negociados.
- La encargada de custodiar las posiciones de los agentes en los contratos futuros, es la Cámara de Compensación de la Bolsa.
El inversor medio tiene cierta familiaridad con los instrumentos de inversión habituales, pero si hablamos de contratos de futuros en productos básicos la cosa cambia y surgen las preguntas más habituales como: ¿Qué es un producto básico?, o ¿Puede un particular invertir en productos básicos?
Los productos básicos son primarios como el trigo, la soja, el maíz, entre otros productos agrícolas o metales preciosos como el platino, oro, plata y algunos tan diversos como la gasolina, el fuel, la madera etc. –en el argot bursátil se les denominan “commodities”-.
Los particulares pueden invertir en futuros de igual manera que las empresas u otra entidad colectiva a través de su propio bróker, para ello, deben verificar como siempre los gastos que conllevan estas contrataciones y los riesgos que se van a asumir en caso de no salir la inversión como se prevé. ¡¡¡Estos pueden llegar a ser muy importantes!!!
COMENTARIOS Y CONSEJOS:
El origen de los contratos de futuros surgió tras la época donde los agricultores vendían sus cosechas en los mercados y tenían que contentarse con el precio que el “mayorista” de turno quisiera pagar por ella.
Posteriormente al agruparse los productores y también los denominados distribuidores -que son los que llevan el producto al comprador final-, se produjeron dos conveniencias:
- A los agricultores les conviene saber a qué precio van a vender su cosecha próxima antes de su recolección.
- A los compradores finales –empresas de fabricación o distribución- les conviene garantizarse el suministro de materia prima a un precio fijo, con la seguridad de poseer en un futuro próximo la cantidad necesaria para su normal funcionamiento.
La figura del inversor especulador fue la que hizo crecer a los mercados de futuros porque al unirse con agricultores y distribuidores, se formó el “engranaje” intermedio, donde la especulación y el acierto deciden el resultado final de la inversión.
(Visitar esta eficaz y económica plataforma de contratación, con periodo de prueba gratis).
Este tipo de inversión necesita de asesoramiento y conocimiento del producto por lo que no es aconsejable para inversores noveles o con desconocimiento de sus riesgos. Para los demás, es una posibilidad importante de realizar grandes plusvalías muy por encima de otros tipos de productos financieros. (Ver artículos “El éxito del gran especulador” y “Como tener mentalidad ganadora en la bolsa”).
La frase elegida para este artículo dice así: “Pasé de ser un perdedor a un ganador, cuando fui capaz de separar las necesidades de mi ego de mi operativa”. Anteriormente, aceptar que estaba equivocado era más frustrante que la pérdida de dinero”, Marty Schwartz.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos analizando todo lo que “se mueve” en los mercados financieros para lectores como usted. Esto será otro día.