Los mercados mundiales cayeron el jueves pasado ante el temor de una segunda recesión, y todos los grandes índices han perdido entre un 3 y un 5% durante una sesión de monitores rojos para casi todos los valores, incluyendo las materias primas. El índice de volatilidad sube como la espuma y prácticamente ningún sector ha quedado a salvo.
En comparativadebancos.com lo hemos dicho muchas veces: no hay que perder los nervios. Si en días como este sientes la necesidad de hacer negocios, vete de compras en busca de alguna ganga. Nuestra regla general al invertir en bolsa debe ser ponernos un horizonte mínimo de tres años, aunque sería preferible uno de cinco. El juego de la inversión no está hecho para corazones asustadizos.
Para tener éxito como inversores, debemos distanciarnos de las emociones o terminaremos haciendo cosas irracionales. Ahora mismo la emoción dominante es el miedo. Es el momento de recordar una de las frases más populares de Warren Buffett: “ten miedo cuando los demás son codiciosos, y sé codicioso cuando los demás tienen miedo.” Viendo todas esas pantallas teñidas de rojo, creo que podemos asegurar que los demás tienen miedo. Hay que ver días así como oportunidades.
Por supuesto, nadie está diciendo que las cosas vayan de maravilla, porque no es cierto. El pánico a una nueva recesión ha provocado que los inversores se hayan deshecho de casi todo – acciones, oro, plata, petróleo. Solo se ha salvado la deuda pública estadounidense porque los fondos de inversión y los grandes inversores han recurrido a esta opción como un lugar relativamente seguro en el que aparcar su dinero, por lo que el bono se ha puesto en su nivel de rentabilidad más bajo en los últimos 60 años. En resumen, ha sido una desbandada general.
El Dow Jones se ha dejado 400 puntos (un 3,5%), aunque en algún momento de la sesión llegó a flirtear con los 500 puntos negativos para luego rebotar un poco. El Standard & Poors y el Nasdaq terminaron dejándose un 3%.
Por su parte, las bolsas europeas cayeron alrededor del 4% y los mercados asiáticos no han ofrecido unos resultados mucho mejores.
Lo que realmente inquieta a los inversores, sin embargo, no es tanto la posibilidad de una nueva recesión, sino la sospecha de que los gobiernos no pueden hacer nada – o no están haciendo nada – para evitarla.
Las declaraciones pesimistas de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, en las que apuntaba que la economía está entrando en una fase peligrosa, junto con otras igualmente negativas hechas desde la Reserva Federal norteamericana parecen haber actuado como catalizadores del pánico.
Los datos procedentes de China y Europa han añadido combustible al fuego. El martes se ha sabido que la producción de China, la segunda economía del mundo, se ha ralentizado por tercer mes consecutivo, deshinchando las esperanzas de que el gigante asiático junto con otras potencias emergentes pudieran ayudar a Europa y los Estados Unidos, dos de los mayores mercados de consumo mundiales, a salir del pozo.
En cuanto a Europa, datos recientes constatan que el sector servicios se está contrayendo en la eurozona por primera vez en dos años, mientras que se sigue arrastrando el problema griego y se habla de recapitalizar los bancos.
Dentro de las materias primas, la plata ha sido la más castigada cayendo hasta un 9%, sobre todo porque se cree que una menor actividad industrial hará que el metal precioso sea menos demandado.
Por tanto, y observando los datos, ¿cuál es el siguiente paso? Deja de mirar la pantalla, da un paseo, juega con tus hijos. Recuerda que el futuro es más importante para tu inversión que el presente o el pasado. Y si quieres seguir enganchado a los datos económicos, sé codicioso.