De la misma forma en que el dinero es una cuestión más psicológica que matemática, también una carrera satisfactoria se basa más en la realización personal que en unos ingresos muy altos. Coincido con aquellos que piensan que es mejor un trabajo con un sueldo modesto, pero que te guste, que un trabajo muy bien pagado que odias. Prefiero ser feliz que ser rica.
Hay mucha gente que se siente atrapada en trabajos que odian, pero no pueden dejarlos por las consecuencias financieras que esto les traería. ¿Cual es la solución?
Lo mejor sería, por supuesto, encontrar un empleo donde ambas líneas se cruzaran: un trabajo que nos guste y que esté bien pagado. Pero esto no es nada sencillo.
El primer paso – el más difícil – es descubrir lo que realmente quieres hacer. ¿Qué es lo que te haría feliz? (¿Y cómo estar seguro?). Con el tiempo he aprendido que la clave de la realización personal es tener un trabajo que nos parezca significativo. La experiencia nos dice que si tienes un trabajo que está en sintonía con tus valores personales es mucho más probable que seas feliz que si tienes un trabajo que te parece irrelevante. Descubrir qué es para ti un «trabajo significativo» puede requerir una búsqueda muy profunda.
También creo que es importante llevar un estilo de vida lo más frugal posible para así poder tener más flexibilidad a la hora de buscar trabajo. Cuanto menores sean tus gastos, más opciones tendrás. Si tu estilo de vida te lleva a gastar 3000 € al mes, tus ingresos deberán ser por lo menos de esa cantidad (más, teniendo en cuenta los impuestos). Sin embargo, si tus gastos rondan los 1000 € al mes, tus opciones cuando tengas que elegir un trabajo se multiplicarán.
Sé que mucha gente argumentará que el trabajo no es algo que debamos amar. El trabajo es trabajo y deberíamos tratarlo como tal. No estoy de acuerdo. He tenido algunos trabajos que he odiado, y otros que he amado. Y mi conclusión es que merece la pena sacrificar parte de nuestros ingresos para conseguir un trabajo en el que nos sintamos realizados.
Pero, ¿cuánto deberíamos estar dispuestos a sacrificar? ¿Cómo logramos encontrar ese «trabajo significativo»? Y lo que es más importante, ¿cómo afecta a nuestras opciones laborales el estado actual de la economía? Si estuvieras en esta situación, ¿qué harías?
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