La infidelidad siempre es devastadora. Pero si tu pareja te ha estado engañando escondiendo vicios caros o gastos ilícitos, las consecuencias pueden ser aún peores que las de una aventura, por el simple motivo de que el dinero – muchas veces grandes sumas – es un ingrediente principal.
Para recuperarnos de la infidelidad financiera necesitamos una doble estrategia. Apuntalar la relación no financiera por un lado y, al mismo tiempo, arreglar el desastre económico por el otro.
El Desastre
El primer paso es averiguar a dónde ha ido el dinero y cuánto debemos. Los extractos bancarios son fundamentales en este caso, y debemos pedir a nuestra pareja que nos los muestre todo. Además, nuestra pareja puede haber abierto cuentas en su nombre o en el nuestro, así que debemos exigir o averiguar toda la verdad.
En ocasiones puede que lo que descubramos resulte apabullante. A veces nuestra pareja no solamente nos engaña en cuanto al estado de nuestras finanzas, sino que puede estar encubriendo hábitos (o vicios) que cuestan mucho dinero.
Si lo que deseamos es salvar nuestra relación, tenemos que cortar de raíz los gastos secretos de nuestra pareja (y el hábito que ha conducido a ellos, si existe). En todo caso, si a causa de esto tenemos deudas, no nos quedará más remedio que pagarlas cuanto antes.
Por lo tanto, el siguiente paso es hacer un plan de pago de la deuda. Aunque puede que sientas que esa deuda no es cosa tuya, hasta que no desaparezca (o rompáis) te seguirá afectando. Si nuestra pareja ha hecho compras en secreto, lo mejor es intentar venderlas y destinar el dinero que obtengamos al pago de la deuda. Puede que incluso sea necesario buscar un segundo empleo a tiempo parcial o hacer horas extras para conseguir más ingresos.
Como siempre en estos casos, crea un presupuesto, reduce el gasto y aplica todo lo que ahorres en la deuda, ¡y no compres a crédito hasta que el balance esté a cero!
El Matrimonio
Para enfrentarnos a los problemas financieros necesitamos comunicación. La infidelidad financiera de tu pareja es un signo evidente de que no estáis en sintonía – y no hablo solo de la cuestión económica. Necesitamos hacer tiempo para hablar de forma regular sobre la vida que tenemos y la que deseamos, buscando objetivos comunes y la forma de obtenerlos. Un matrimonio funciona no solo cuando es compatible, sino cuando sabe como enfrentarse a las posibles incompatibilidades que haya.
Por último, si nuestra pareja nos ha sido infiel financieramente, debemos pararnos a pensar también en nuestros propios hábitos financieros y analizar si no habremos estado metiendo nuestra cabeza en la arena como el avestruz. No podemos convertirnos en pasajeros de nuestras propias finanzas, sino en conductores. Lo más lógico es que haya señales que no hayamos visto. Si permitimos que nuestra pareja tome el control total de los gastos y las facturas – y creemos en él o ella ciegamente – no nos daremos cuenta de que algo va mal hasta que nos estalle en la cara.
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