La tasa de morosidad bancaria es una variable fundamental para entender el funcionamiento del flujo de crédito de las entidades financieras, ya que en función de este porcentaje tendrán una mayor o menor predisposición a la concesión de créditos a sus clientes.
Una tasa de morosidadque ha sufrido un crecimiento constante en lo que va de año, hasta marcar máximos históricos que no se veían desde mediados de los años 90, lo cuál ha provocado que, unido a la falta de liquidez de las entidades financieras, éstas hayan decidido congelar el crédito de manera casi absoluta.
Si nos fijamos en el gráfico anterior comprobamos como desde enero hasta agosto (todavía no hay datos confirmados por el Banco de España para septiembre y octubre), el crecimiento de la tasa de morosidad soportada por las entidades financieras españolas ha sido constante, provocando que se lo piensen mucho antes de conceder un crédito, de cualquier tipo.
Pero el principal problema no es ya tanto el hecho de que la tasa de morosidad sea elevada, que lo es, sino que se esté produciendo un crecimiento continuado, como se observa en la gráfica, lo cuál demuestra que la situación, lejos de empezar a recuperarse, se está condenando a un permanente bloqueo.
En este sentido, es interesante comparar la evolución de la tasa de morosidad con los datos de desempleo registrados para comprobar si realmente existe una correlación, como parece indicar el sentido común, entre ambas variables macroeconómicas.
Así, si observamos los datos de desempleo de este año 2011 comprobamos un ligero repunte hasta marzo, para producirse una caída posterior, como consecuencia de la campaña de verano, hasta el mes de julio y un nuevo repunte hasta los últimos datos manejados, que son los del mes de octubre.
Llama la atención, si comparamos la evolución de ambas gráficas, que durante el período que transcurre desde abril hasta julio, el desempleo tiene una tendencia a la baja mientras que la tasa de morosidad se comporta de manera contraria, claramente al alza, lo cuál parece contradecir la teoría de que la morosidad está íntimamente relacionada con el desempleo.
Sin embargo, estas gráficas necesitan una segunda lectura que nos ayude a comprender el verdadero comportamiento de la morosidad y podamos sacar conclusiones concluyentes. Hay que tener en cuenta que el desempleo en nuestro país goza de una muy buena protección social.
Por tanto, en las primeras etapas de desempleo los ciudadanos tienen cubiertas sus necesidades económicas, siendo una de las cuáles el pago de sus deudas financieras. Es en el medio-largo plazo, en función de la cobertura familiar que cada uno posea, cuando la morosidad comienza a aparecer.
En este sentido, el incremento de desempleo a partir del mes de agosto comenzará a revertir en la tasa de morosidad en algún momento del año 2012, de difícil precisión, pero que llegará sin duda, a no ser que la evolución económica del país permita una recuperación general del desempleo a todos los niveles.