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Ayer calculamos exactamente cuánto dinero y tiempo empleas en los gastos básicos de tu vida. A partir de esto, determinamos lo que nos quedaba: la cantidad que puedes utilizar para cancelar tus deudas y construir tus sueños.
Podemos aplicar aquí una importante regla de oro: Si tienes deudas, puede que alcances tus objetivos a corto plazo pero no podrás conseguir tus objetivos a largo plazo. En otras palabras, céntrate en tus objetivos a corto plazo y en los de largo plazo, lo primero que tienes que hacer es saldar tus deudas.
¿Por qué hay que hacerlo de esta forma? Yo lo llamo el factor «sueño». El pago de tus deudas no es romántico del todo, pero soñar con las grandes cosas que puedes hacer en el futuro sí que lo es. Desde que definiste los cinco objetivos a corto plazo (y planes para llevarlos a cabo) que coinciden con tus valores fundamentales y también con tus metas a largo plazo, cada paso hacia estos objetivos a corto plazo es un paso hacia el éxito para vivir tus sueños.
Siéntate, coge una hoja de papel y haz una lista de tus cinco objetivos a corto plazo junto con una lista de todas tus deudas; ya debes tenerla hecha para empezar. Cada paso que des hacia tus objetivos a corto plazo debe ir acompañado de un paso hacia tus metas a largo plazo, por lo que vamos a dividir tu dinero y tu tiempo de inversión por igual entre tus objetivos y tus deudas.
Ahora, divide por la mitad la cantidad de horas que nos quedó después de los cálculos de ayer. Vas a emplear la mitad en tus deudas y la otra mitad en tus objetivos a corto plazo.
Es importante que recordéis que estos pagos de deudas son pagos adicionales de tus deudas, en otras palabras, vas a pagar una cantidad adicional cada mes para que la carga que te reportan tus deudas sea cada vez menor y puedas andar libremente y con confianza en tu futuro.
¿Por qué estamos hablando en «horas» en lugar de en euros? Para muchas personas, euros son una abstracción: tienen dificultad para asociar directamente el dinero con lo que trabajan. El dinero entra, y el dinero sale, esto es la vida. La verdad de todo este asunto es que cada euro que nosotros conseguimos es el resultado de una cierta cantidad de tiempo dedicado a hacer algo para alguien. El tiempo es algo que todos entendemos desde nuestros primeros días, y esas horas son simplemente algo más tangible sobre lo que basarnos.
¿Cómo decido qué deudas tengo que pagar antes? Hay mucho de cierto en lo de «la bola de nieve de deudas», que aboga por el pago de la deuda más pequeña primero. Por ahora, pon todo el dinero que tienes destinado al pago de deudas al lado de la deuda más pequeña. Nos preocuparemos por las cantidades de euros mañana.
¿Qué pasa si no tengo deudas? Pues tienes suerte, debes invertir todo tu dinero extra en tus objetivos. Coge la mitad de lo que utilizarías para saldar tus deudas y empléalo en tus objetivos a largo plazo como tú quieras.
¿Y qué pasa con mis objetivos a corto plazo? Probablemente puedas determinar por ti mismo la forma de dividir la cuantía entre tus objetivos a corto plazo. Mira tus planes y decide cuáles necesitan más de tu tiempo de trabajo para hacerlos realidad, y cuáles menos. Ahora anótalos.
Una vez que hayas hecho esto, haz un nuevo «gran cuadro» usando el que hiciste hace tres días, junto con los gastos (y las horas que dedicas a cada uno de ellos) de ayer. Añade las horas de gastos que hemos calculado hoy (incluidas aquellas con 0 horas), y haz una última comprobación para ver que las horas coinciden con lo que trabajas cada semana.
Vuelve a sentarte y mira la hoja. En cierto modo es un presupuesto, pero es algo más que eso: es una foto tuya en realidad. Esto es lo que trabajas cada semana, hora por hora. Tal vez trabajas tres horas a la semana para poder pagar la luz, y sólo trabajas una hora a la semana para pagar la educación universitaria de tus hijos. ¿Te sientes satisfecho con esto? Estés o no estés, hay muchas cosas para pensar la forma en que decides emplear tu tiempo.
Mañana vamos a coger este presupuesto «de tiempo» y lo convertiremos en euros reales, y comenzaremos el proceso de convertir todo esta planificación en acciones reales.
¿De acuerdo? Continuaremos el próximo día.