De las 91 entidades financieras presentadas a estas pruebas de solvencia o tests de estrés sólo 8 no han superado el aprobado, cinco de ellas españolas, con lo que no han sido capaces de superar el 5% de reservas de capital en el escenario de recesión.
Las cinco entidades financieras españolas que han suspendido han sido CatalunyaCaixa, Unnim, la Cam, el Grupo Caja 3 (Caja de la Inmaculada, Caja Badajoz y Caja Círculo Católico de Burgos), y el Banco Pastor. Además de estas entidades nacionales también han suspendido dos bancos griegos y uno austriaco.
En el otro extremo, el BBVA y el Banco Santander han liderado la prueba y se muestran como las entidades financieras más solventes de Europa. Hay que recordar, por otro lado, que España podía haber presentado sólo a BBVA, Banco Santander, Bankia y La Caixa, por cubrir más del 50% del negocio bancario en España, pero decidió presentar a 25 entidades, en un ejemplo de transparencia y de rigurosidad.
Otros países y otras entidades financieras decidieron retirarse de esta prueba de solvencia antes de conocer los resultados, asustados por los datos que pudieran aflorar y las notas que pudieran recibir.
Según los cálculos de la Autoridad Bancaria Europea las ocho entidades que han suspendido necesitarán una inyección de capital por parte de los Gobiernos de 2.500 millones de euros, de los cuáles 1.564 millones tendrían que ser a las entidades españolas (principalmente a la CAM, que acumula un déficit de 947 millones de euros).
El principal problema para el sector financiero español es que las cajas que ya suspendieron hace un año lo han vuelto a hacer en esta edición (CatalunyaCaixa, Unnim y CAM), lo cuál quiere decir que no han conseguido resolver su situación a pesar de que ya llevamos tres años de reestructuración de nuestro sistema de Cajas.
El Banco de España se ha mostrado optimista en general, ya que considera que al presentar el 95% de nuestra banca es normal que aparezcan más suspensos que en el resto de países europeos, que sólo presentan el 65%, de media. Además, el máximo organismo financiero español cree que finalmente no necesitarán la inyección de capital por contar con fondos de reserva en el Banco de España que no han sido considerados en esta prueba de solvencia.