Que una póliza de seguro como la mayoría de contratos son renovables periódicamente y generalmente por la tácita de no existir denuncia fehaciente por las partes es algo conocido por muchos, y que esta renovación supone una renovación generalmente por el mismo periodo y con las condiciones ya existentes también es conocido generalmente. Pero probablemente no es tan conocido como en muchos seguros (especialmente en los que se aseguran capitales, como los de vivienda, indemnizaciones en caso de siniestros, etc.) existe una función que es la de revalorización automática de los capitales. Véase a continuación.
La revalorización automática de una póliza significa a modo práctico por ejemplo que si en el año en curso en el caso de tener un seguro de baja médica cobraríamos por cada día de baja por enfermedad 90€, en el año siguiente la revalorización hará que cobremos por ejemplo 95€. Lo mismo sucede con los capitales asegurados y demás. Todo lo mencionado tiene una función muy clara y específica y es la de que en pocos años la póliza no vaya quedando desfasada en lo que ofrece y el avance real de los precios y nivel de vida de la sociedad, pero esta función que a todas luces es interesante y loable, tiene algunos detalles que conviene conocerse.
Probablemente el principal de estos detalles es que hemos de ser conscientes que la revalorización automática y anual de la póliza debe de ser un derecho, no un deber del asegurado, y que la misma si por defecto viene “activada” en el contrato inicial, tenemos todo el derecho de renunciar a ella siempre y tantas veces como queramos, e incluso actualizando en las cantidades que deseemos y solo los años que deseemos.
Otro punto a tener en cuenta de menor relevancia, pero no por ello menos importante, ya que se trata de nuestro dinero, es el de que cada revalorización llevará aparejada un aumento (comúnmente mínimo) de la prima a satisfacer, si bien este no es el motivo principal que pueda llevarnos a decidir o no la idoneidad de la actualización, si que debe tenerse presente por el aumento acumulado en capitales y primas a lo largo de los años.