Los malos hábitos económicos, como cualquier otra costumbre que tenemos implantada en nuestra rutina desde hace tiempo, pueden ser difíciles de abandonar. Intentar hacerlo de repente, confiando solo en nuestra fuerza de voluntada, solo consigue que esa costumbre nos parezca aún más atractiva. Provoca que nos centremos demasiado en lo que no podemos hacer o tener, lo cual puede llevarnos al fracaso con mucha facilidad. Es entonces cuando recaemos, nos sentimos culpables y volvemos a intentarlo de nuevo. Piensa en las personas que pierden 20 ó 30 kilos eliminando los carbohidratos de su dieta, solo para volver a ganarlos, y a veces con unos cuantos kilos más extra, de propina.
Otro ejemplo claro sería una persona que va de compras y gasta demasiado cada vez que se siente mal o deprimida. La compra de cosas nuevas le sube el ánimo temporalmente. Por desgracia, su depresión volverá, y empeorará cuando se empiece a sentir culpable por haber gastado tanto dinero en cosas que realmente no necesita ni va a usar. Puede que jure recortar su gasto, pero entonces la depresión le llevará a comprar y gastar otra vez buscando un alivio a su malestar, aunque sea temporal.
Todos nosotros creamos rutinas o hábitos en los que caemos cuando estamos en una u otra situación. En el ejemplo anterior, el hábito era ir de compras si se sentía deprimido. Ese comportamiento está tan interiorizado que abandonarlo únicamente a base de fuerza de voluntad no funciona. Forzarse a si mismo a no ir a comprar sin cambiar ninguna otra cosa no tendrá éxito porque lo sentirá como un castigo, está demasiado acostumbrado a hacerlo.
Es un círculo vicioso, pero hay formas de salir de él que pueden resultar bastante efectivas.
Primer paso: Ser conscientes
El primer paso para cambiar un mal hábito es ser conscientes de que lo tenemos. La mayor parte de las veces llevamos a cabo nuestra rutina sin pensarlo demasiado en ella. En el caso de comprador compulsivo, puede que hasta se sorprenda cuando le lleguen los recibos del banco a final de mes. Puede que se pregunte cómo es posible que haya gastado tanto dinero.
Si decide poner atención en cuáles son sus gastos, debería empezar por preguntase a sí mismo por qué ha ido a la tienda para empezar. Es así como terminará dándose cuenta de que lo hace porque está ansioso o estresado.
Esto no es un ejercicio de autodisciplina. El objetivo no es criticarse a sí mismo por lo que hace y sentirse un fracasado. De hecho, eso resulta contraproducente y puede impedirle ver con claridad qué le lleva a hacer lo que hace. El objetivo es aceptar esos impulsos, no tratar de enmascararlos.
Una vez que somos conscientes de nuestro comportamiento, ponemos en él toda nuestra atención. Con el tiempo, nos daremos cuenta de que estamos a punto de caer en el viejo hábito cada vez con más antelación, observando la concatenación de circunstancias que originan esa rutina. Descubrir la raíz del problema es un arma poderosa para vencer cualquier mal hábito.
Segundo paso: Animarnos a hacer lo contrario
La segunda parte del método es animarnos a comportarnos justo de la forma contraria. Ten en cuenta que esto no significa que nos distraigamos con cualquier otra actividad. Estamos creando intencionalmente un nuevo hábito y unas nuevas rutinas completamente opuestas.
Si volvemos al caso del comprador compulsivo, lo contrario de gastar es ahorrar. Así que necesita encontrar la forma de animarse a ahorrar dinero, tal vez poniéndose una meta valiosa como tener un fondo de emergencias o tener dinero para sus vacaciones soñadas. Cuando esté deprimido y necesite salir de casa, tendrá que buscar entretenimientos gratuitos o más baratos para continuar ahorrando. Las mejores actividades para hacer esto son las que le den una gratificación parecida a ir de compras. Con la suficiente práctica, cambiará su forma de enfrentarse a determinadas situaciones.
No hay una solución única para todo el mundo. Lo que funciona con una persona no tiene por qué hacerlo con otra, pero siendo conscientes del problema y siguiendo el método de ensayo y error, todos podemos descubrir lo que funciona para nosotros, la fórmula para dejar atrás los malos hábitos e introducir en nuestras vidas otros nuevos y positivos y, desde luego, es una forma mucho mejor que hacerlo que mediante la crítica y el castigo cuando la fuerza de voluntad se revela insuficiente.
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One Response to “Romper con los malos hábitos económicos en dos pasos”
Dinero, estrés y salud | Comparativa Bancos
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