Queridos lectores, recientemente han aparecido en la prensa y en otros medios de comunicación, los problemas surgidos para algunos inversores con motivo de la posesión de participaciones preferentes en entidades bancarias –ejemplo La CAM– con problemas financieros de liquidez, siendo uno de los casos más clamorosos en los que se han visto obligados a intervenir los organismos estatales para su rescate.
La inversión en cualquier tipo de producto financiero es una opción libre para todos los ciudadanos pero debe ir acompañada de un estudio previo sobre sus características, condiciones, rentabilidades y especialmente el conocimiento de los riesgos anexos que comportan, por ello hoy para nuestros “pequeños y medianos inversores” vamos a repasar algunas de estas opciones de inversión para: “Saber elegir un producto financiero”.
Para empezar a explicar como “funciona” cada producto dentro de su gran variedad, vamos a destacar algunos de los más conocidos entre los muchos ofertados por las diversas entidades financieras y que los disponen “al servicio de sus clientes y otros particulares”:
- Participaciones preferentes: Son instrumentos financieros “a perpetuidad” que emiten las entidades en las que se paga un cupón fijo durante un vencimiento a discreción de las mismas y se encuentran compuestas de una mezcla de renta fija y variable dado ya que no es una deuda exigible cuando quiera el cliente, pero tampoco participa de derechos políticos como tienen las acciones, por lo que la mezcla contiene un riesgo importante a la hora de “venderlas” debido a su escasa liquidez. Su atractivo radica que en condiciones normales aportan una rentabilidad que suele estar por encima de los depósitos a plazo.
- Bonos convertibles en acciones: Son títulos de renta fija que se pueden canjear por acciones, a su vez es un producto híbrido al conjugar el componente fijo de los bonos más la variabilidad del precio de las acciones por lo que a fecha de vencimiento el inversor podrá adquirir una cantidad determinada de acciones más los intereses generados por los bonos. En algunos casos el cliente se puede decidir por el canje de los bonos a acciones o permanecer con los mismos hasta el próximo vencimiento, pero en la actualidad muchas empresas cotizadas emiten “bonos necesariamente convertibles en acciones” por lo que ese matiz explica por qué se define como una inversión de riesgo especialmente para inversores noveles o …mal aconsejados.
- Fondos de inversión: Es un producto consistente en la adquisición de participaciones en base a una propiedad comunitaria de un capital destinado a la inversión. Sus características son muy diversas en su composición, dependiendo de los activos en los que el fondo invierta ya sean de renta fija, renta mixta o renta variable, por consiguiente, su riesgo también tendrá variaciones de manera proporcional al fondo elegido. Al inversor de este tipo de activo financiero se le denomina “partícipe”. Existe una sociedad gestora que es la encargada de la administración del fondo y la custodia de los activos corre a cargo de una entidad depositaria, por lo que es importante ver que comisiones periódicas cobran del fondo antes de proceder a realizar la inversión.
COMENTARIOS Y CONSEJOS:
No hay que ser ningún “mago de las finanzas” para proceder a invertir de manera segura dentro de los productos financieros a disposición de los ciudadanos, al fin y al cabo, en realidad todas las distintas formas de intentar rentabilizar el capital o los ahorros conllevan unos riesgos más o menos elevados dependiendo del dinero que el cliente desee ganar.
Actualmente en cumplimiento de varias normativas europeas, los clientes deberán ser aconsejados obligatoriamente por los profesionales financieros -en todas las entidades- antes de proceder a cualquier inversión de riesgo, valorando mediante un test, el perfil del inversor, sus conocimientos financieros, su capacidad económica, su aptitud psicológica ante la inversión y otros conceptos que le dispongan a poder afrontar la misma con la certeza de mantener conscientemente unos riesgos previamente calculados, asumiendo voluntariamente las consecuencias económicas negativas del resultado final de la inversión que pudieran producirse en su caso.
En definitiva, todas las formas de inversión son válidas y pueden ser rentables siempre que el participante en ellas tenga un buen conocimiento de las características de estas o este convenientemente asesorado por profesionales para: “Saber elegir un producto financiero”. Porque en los complicados tiempos económicos y financieros que corren por el mundo, especialmente en la euro zona, el inversor debe estar muy receloso de las ofertas conteniendo frases como: “altas rentabilidades” o “bonos convertibles seguros”, por ejemplo, ya que como humanamente por todos es sabido: “En esta vida solo hay una cosa segura……”
(Ver artículos “¿Qué tipo de inversor soy?” y “Las Cuentas Administradas como opción inversora”).
La frase elegida para este artículo dice así: “Vale más un céntimo bien empleado que un céntimo ahorrado”, Orison Swett Marden.
Nosotros en Consejos de Bolsa, seguiremos con la información y el análisis financiero para lectores como usted. Esto será otro día.