Como hija y nieta de obreros y campesinos, recuerdo que mi familia vivía con una cierta austeridad. Como adulta, puedo ver la sabiduría que había tras esta austeridad de mis padres y abuelos. Reflexionando sobre ello, he intentado condensar su filosofía de vida en las siguientes ideas:
1. Trabaja con inteligencia, no duro: y no lo digo porque mis mayores no trabajaran duro, que lo hacían, sino porque siempre buscaban trucos o métodos para no desperdiciar su tiempo, y así poder desarrollar otras actividades comunitarias y de diversión.
2. No a los viajes innecesarios. El uso indiscriminado del coche para ir a todas partes es una fuente constante de gasto. Cada vez que ponemos la llave en el contacto, estamos gastando dinero. Así que optábamos por hacer grandes compras una vez cada 15 días o una vez al mes, en lugar de coger el coche para ir a comprar una sola cosa.
3. «¡Me llevó X horas conseguir esto!». Cada vez que mi padre compraba algo, siempre recordaba las horas de trabajo que le había costado conseguir ese dinero. Siempre se tomaba su tiempo para reflexionar antes de hacer una compra, y eso hacía que algunas veces se marchara sin un determinado producto incluso después de haber pensado en comprarlo varias veces. También aplicaba este tipo de pensamiento a la televisión. Se daba cuenta del tiempo que perdía delante de la pantalla.
4. Si puedes pasar sin comprarlo, no lo compres. Mis padres nunca han tenido preocupación por la moda. Podían pasar años con la misma ropa hasta que, por su uso, quedaba inservible. El tiempo que pasaban sin hacer ese gasto, era un tiempo que añadían al ahorro, pero al ahorro de verdad. Esta misma política la aplicaban a todas sus compras.
5. No tengas miedo de pedir. Mis abuelos no son tímidos. Nunca han tenido miedo de pedir ayuda, la cual normalmente se materializaba en algún tipo de préstamo. Podía ser pedirle herramientas a un vecino, pedir a un amigo mecánico que echara un vistazo al coche, etc. A mí no me da ninguna vergüenza pedir ayuda cuando la necesito: a la mayoría de la gente le gusta ayudar, sólo hay que preguntar. Eso sí, hay que estar dispuesto a retribuir el favor. Que no se malinterprete este punto como un loa al gorroneo.
6. «Ese camión de la Coca-Cola me ha arruinado las vacaciones». Mi padre trabajó para la Coca-Cola durante muchos años, y cada vez que veía pasar un camión de esta compañía solía decir, «ya me han arruinado las vacaciones». No es que a mi padre le desagradara su trabajo, pero siempre comprendió la necesidad de desconectar y relajarse durante las vacaciones. Nadie puede trabajar constantemente sin tomarse un descanso. Y aunque pueda, no debe.
7. Invierte en ti mismo y en tu familia. Porque a fin de cuentas, es lo más importante. Yo recibí ayuda de mis abuelos para pagarme la Universidad, por ejemplo. Las familias españolas son muy dadas a procurarse ayuda mutua en tiempos de necesidad. Esperemos no perder ese rasgo de unión familiar en medio de la maraña de la globalización.
8. Todos los actos tienen consecuencias. Cuando era niña recibía una paga semanal. Así aprendí a ahorrar para pagarme las cosas que quería, y no gastarme el dinero sin control en el primer quiosco que encontraba. No es cuestión de ser tacaño, sino de aprender a ser responsable con el dinero.
9. Come para no tener hambre. Parece una frase extraña, pero encierra su moraleja. Cualquiera que coma hasta hartarse, probablemente engorde. Además de ser un hábito poco saludable. Incluso el tipo y la cantidad de comida que consumimos tiene ramificaciones financieras. Comer sano no es más caro, pero hay que buscar tiempo para hacerlo.
10. Las personas son lo primero. Los miembros de mi familia siempre ponían a las personas por delante de cualquier otra consideración. Por encima del medio ambiente, por encima de los animales y por encima de las posesiones materiales.
Este es un resumen de la “sabiduría popular” financiera de una familia española de clase media-baja.
Podrás encontrar muchas más teoría sobre finanzas básicas en este blog, y si hablas inglés, échale un vistazo también a getrichslowly.org, una página que nos suple habitualmente de contenidos sobre economía y finanzas.
3 Responses to “La sabiduría de nuestros mayores”
Mirando de reojo al vecino | Comparativa Bancos
[…] Al parecer, a pesar de que la calidad de vida haya mejorado bastante si la comparamos con la de hace 40 años, tener más que nuestros vecinos sigue siendo la aspiración más extendida. Los investigadores han descubierto que tener un buen coche, una casa grande y un buen trabajo solo hacía feliz a muchos de los sujetos estudiados si la gente de su entorno próximo tenía algo menos en comparación. Para conseguir más dinero la gente trabaja horas extras buscando cómo pagar la hipoteca y escalar posiciones en la pirámide social, lo que puede desembocar en un estado de insatisfacción crónica. […]
Antonio Romero
Buenas,
tenemos autorización de J.D. para traducir y reproducir el contenido de su blog poniendo un enlace al mismo, enlace que está puesto desde el primer momento.
Saludos!
Embolsados
Gente, ¡hay que citar las fuentes!
http://www.getrichslowly.org/blog/2009/06/21/the-wisdom-of-my-father/