Escribir un artículo sobre seguros siempre es un riesgo, ya que es un tema árido y bastante aburrido. Aún así, los seguros son parte importante de las finanzas personales, así que vamos a hacer una introducción muy básica y general sobre ellos.
Los seguros son una forma de administras el riesgo. Mientras llevamos nuestras vidas adelante, siempre existe la posibilidad de que padezcamos un accidente de coche, que nuestro perro muerda a alguien o que nuestra casa sea víctima de un incendio o una inundación, por poner solo algunos ejemplos. El riesgo de que estas cosas sucedan es mínimo, pero si ocurren, los efectos pueden ser catastróficos. Sin un buen seguro, tendremos que emplear nuestro propio dinero en reparar el coche, indemnizar a la persona atacada o volver a hacer que nuestra casa sea habitable.
Estas cosas les pasan a algunas personas, pero no a todas. Con los datos suficientes, es posible saber aproximadamente cuánta gente puede experimentar estos reveses del destino – y cuánto les puede costar recuperarse de ellos. Usando esta información, una compañía de seguros puede repartir el coste del riesgo entre todos sus clientes.
Un ejemplo elemental
Imaginemos una cooperativa de agricultores con 100 miembros. Cada año durante los últimos 25 años, uno de los miembros de la cooperativa pierda su cosecha, con unas pérdidas medias de, digamos 20.000 €. Sin un seguro, y teniendo en cuenta que las ayudas estatales podrían cubrir más o menos la mitad de dichas pérdidas, cada agricultor tendría que tener ahorrados unos 10.000 euros para hacer frente a la posibilidad de que perdieran una cosecha. Al final de cada año, 99 agricultores no habrían tenido que pagar nada (y tendrían 10.000 euros ahorrados), pero uno de ellos tendría que haber pagado 10.000 euros.
Pero la cooperativa podría decidir repartir este riesgo creando un fondo en el que cada agricultor tendría que pagar 100 euros todos los años. Los 10.000 euros recaudados irían a aquél que hubiese perdido su cosecha. Al hacer esto, cada agricultor necesita ahorrar solo 100 euros en lugar de 10.000. De acuerdo, no verás ese dinero si no eres tú el que pierde su cosecha pero, para la mayoría de las personas, es un trato aceptable. Estarían, por tanto, dispuestos a perder 100 euros con tal de evitar la posibilidad de tener que pagar 10.000.
Pero, ¿es realmente justo que cada agricultor pague 100 euros a ese fondo? Algunos agricultores utilizan pesticidas o variedades resistentes a las plagas, mientras que otros no lo hacen. Los primeros tienen, por tanto, menos probabilidades de perder sus cosechas, ¿no es cierto? Es probable que los datos recogidos durante los últimos 25 años muestren que el primer grupo tiene menos cantidad de cosechas perdidas que el segundo. Con suficiente información, el fondo podría cobrarle a cada agricultor una tarifa distinta dependiendo de la probabilidad que tiene de perder su cosecha.
Este es el motivo por el que, en los seguros de coche, los conductores más jóvenes pagan más que los veteranos. Es cierto que no es agradable pagar más por ser más joven, pero hay una razón para ello, y es que las estadísticas muestran que los conductores más jóvenes tienen más probabilidades de tener un accidente, y que este sea más costos, que los conductores más maduros.
Por qué los seguros son como el juego
Los seguros son un poco como el juego. Estamos apostando menos dinero ahora porque pensamos que existe una probabilidad significativa de que necesitemos una cantidad mayor en el futuro. Pero hay una enorme diferencia entre el juego y los seguros: los jugadores incrementa el riesgo para ganar más dinero; cuando contratamos un seguro, nuestro objetivo es reducir el riesgo para no perder más dinero.
De hecho, tanto los casinos como las compañías de seguros usan las mismas leyes estadísticas, especialmente la Ley de los Grandes Números, que nos dice que cuanto más tenemos de algo, más probablemente las características de ese algo tenderán a la media. Cuanta más gente tire los dados en la mesa, por ejemplo, mejor podrá el casino predecir sus ganancias. Y cuanta más gente esté en un fondo de seguros, más exactamente podrá la compañía predecir sus pérdidas (y sus beneficios).
Los seguros son buenos
La mayoría de las veces, usar un seguro para repartir el riesgo es algo bueno. Por eso en España el seguro de coche es obligatorio, y por eso los propietarios inteligentes tienen asegurado su inmueble incluso cuando ya han pagado la hipoteca.
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