Antaño era común cuando uno se compraba un automóvil realizarse el seguro del mismo, y accesoriamente realizarse un seguro de asistencia en carretera, pues las limitaciones del primero al respecto, eran evidentes, hoy las cosas han cambiado.
En esa época, en la época de las dos últimas décadas del siglo pasado, tuvieron pleno auge algunos clubs de automovilistas como el RACC o el RACE, entre algunas otras compañías privadas, que se dedicaban a ofrecer servicios de asistencia en carretera, ello supuso un gran salto de calidad en el sector.
Con estas entidades y compañías se empezó a solucionar uno de los problemas endémicos que arrastraba el sector automovilístico de nuestro país, el problema de los quebraderos de cabeza que suponían las incidencias en ruta. Hoy nos parecerá ridículo, pero por aquel entonces conseguir una grúa que remolca nuestro vehículo en caso de precisarla podía resultar una titánica tarea, costosa económicamente y con una gran pérdida de horas.
Como ya se ha dicho estas entidades y compañías empezaron aportar una solución rápida y eficaz a estas incidencias por medio de estar asociados a ellas y pagar una cuota anual, por supuesto que la solución aún no era la ideal, pues no existían móviles y demás, pero empezaron a solucionarlo y la tecnología fue haciendo el resto.
En la actualidad estas entidades y compañías siguen teniendo un papel importante en el ámbito automovilístico, pero ya no es el mismo, pues en la actualidad la mayoría de compañías aseguradoras ofrecen entre las coberturas básicas o complementarias de sus seguros las prestaciones de asistencia en viaje y asistencia en carretera, con ello se logra en un solo seguro disponer de todo un paquete de servicios. Ahora bien, siempre hemos de mirar y tener presente la fiabilidad y calidad de estos servicios, como norma general son óptimos, pero bien haremos de informarnos.