De vez en cuando he tenido que hacer presentaciones, y por ello ha aprendido algunos trucos que tú también puedes usar.
1. Es malo tener un montón de palabras en la pantalla. Si las pones, la gente deja de prestar atención a lo que estás diciendo para poder leer todo el texto. Puede que eso esté bien si no quieres que la gente te preste atención, pero por regla general ése el efecto opuesto al que queremos conseguir.
Tuve ese problema en mis primeras presentaciones, en las que llené varias diapositivas con un montón de palabras. Al mirar al público mientras hablaba, pude ver a mucha gente que dejaba de escucharme para leer la pantalla. Después, cuando habían acabado de leer e intentaban volver a escucharme, habían perdido el hilo y en muchos casos acababan por aburrirse.
Intenta incluir como mucho diez palabras por diapositiva.
2. En lugar de texto, escoge imágenes que complementen lo que estás diciendo. En lugar de pensar en qué información deben presentar las diapositivas, piensa en cómo pueden complementar lo que estás diciendo.
Por ejemplo, si hablas de niños, puedes incluir una imagen con unos niños jugando. Sin palabras ni nada más añadido. Así no entorpeces lo que estás diciendo, sino que lo complementas y lo ilustras, haciendo que tus palabras tengan más vida.
Cuando hagas un resumen con lo que quieres decir, piensa en qué tipo de imágenes podrían irte bien. Después búscalas y enséñaselas a tu audiencia.
3. Hablando de resúmenes… nunca olvides que eres tú quien cuenta la historia. Una presentación consiste, pura y simplemente, en contar una historia. Si ves tu presentación como una forma de transmitir información, estás perdiendo el verdadero significado de lo que vas a hacer.
Siéntate un momento a pensar cuál es la historia que quieres exponer. ¿Por dónde empiezas? ¿A dónde quieres llegar? ¿Qué cosas interesantes ocurren por el camino?
Si necesitas transmitir mucha información, prepara un folleto. El propósito de una presentación es centrarse en el mensaje general.
4. Lleva muchas diapositivas. Como no has puesto muchas palabras en ellas, no tienes que mantener la misma diapositiva sin cambiarla durante mucho tiempo. Al llevar imágenes, proporcionas un estupendo complemento visual a tus palabras. Así que lleva muchas.
La media de tiempo entre diapositivas podría ser de unos diez segundos, aunque parezca poco. Son unas seis diapositivas por minuto.
Creo que esto sirve para dos cosas. Primero, cada imagen acentúa una idea que estás exponiendo y lleva la historia hacia delante. Y segundo, te servirá como apunte para recordarte ideas específicas que quieres abordar. Las propias diapositivas te estarán dando pistas sobre lo que tienes que decir en cada momento.
5. Haz que el público ría de vez en cuando. La forma más fácil de lograr esto, una vez más, es mediante las imágenes, sobre todo si no eres muy bueno contando chistes.
Escoge una imagen que tenga algún componente humorístico y que concuerde con la idea que quieres exponer – una foto de unos niños en medio de un revoltijo, o si el tema es la cocina, una cacerola quemada.
El humor es la mejor forma de conectar con los demás. Úsalo.
6. Termina en la cumbre. La mayoría de la gente va a recordar tres o cuatro cosas de tu presentación, y una de ellas es el final. Tenlo presente.
Una buena estrategia es dejar algo jugoso para ese momento. Puede ser un desafío a la audiencia, o algo que puedan hacer de forma simple cuando se vayan.
¿Qué reservarías para finalizar y así conseguir que la gente recuerdo de qué has hablado?
7. Eres tú. Cada vez que te pones en pie ante una audiencia y te presentas, quienes te escuchan se forman una impresión acerca de ti. Si tartamudeas, miras hacia abajo o te escondes tras la información de las diapositivas, no se van a llevar una buena impresión.
No uses muletas, porque darás la sensación de no poder caminar por ti mismo, por decirlo de alguna manera. Por lo tanto, cuidado con las notas y los papeles que llevas contigo. Nunca hay que dar la impresión de estar perdido o de necesitar esas muletas.
Lo más importante es practicar, practicar y practicar. Repasa una y otra vez tus diapositivas. Debes ser capaz de saber exactamente qué viene a continuación, y tener la historia que quieres contar perfectamente interiorizada.
Cuando te pongas frente al público, todo será más fácil. Limítate a contar tu historia. Tus diapositivas le darán color. Y al público le encantará.
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One Response to “Siete secretos para una buena presentación”
Don Lillo
muchas muchas gracias!!!