Algunas personas cometen el error de pensar que cuando se realizan un seguro del hogar todo lo que suceda en el mismo queda cubierto por la póliza, incluso que se les estropee un electrodoméstico o bien que por el uso normal de las cosas se desgasten y rompan, y eso no es así. Pensar eso es un error que solo traerá frustración a quien lo crea.
Aunque parezca mentira hay mucha más gente de la que parece que se cree y piensa que lo anteriormente dicho es así, y por ello conviene hacer algunas matizaciones y consideraciones al respecto de las coberturas por siniestro del seguro del hogar. Un seguro está pensado para cubrir sucesos, contingencias imprevistas, extraordinarias y casuales, no está pensado para cubrir aquello que es habitual que suceda o que es lógico por el propio ciclo de vida que suceda.
Es decir, que nos tropecemos y caigamos encima de una puerta de cristal, es un accidente y como tal quedan cubiertos todos los daños que se produzcan, inclusive por supuesto el del cambio de la propia puerta. Ahora bien que una puerta por el desgaste del uso habitual deje por ejemplo de ajustar o se rompa la manecilla no es un accidente, no es un siniestro y en consecuencia no queda cubierto, lo mismo sería aplicable para muchos más ejemplos que se podrían poner al respecto.
Caso aparte es que el seguro en cuestión incluya cada vez más coberturas adicionales y entre ellas una de las comunes actualmente es el servicio de asistencia a domicilio de todo tipo de reformas y reparaciones, pero cuidado ello no significa que si la póliza nos pone a disposición un equipo de cerrajeros, ebanistas, electricistas o lo que sea, no nos toque pagar si los llamamos para que nos cambien un grifo desgastado, significa que en todo caso, la compañía nos ofrecerá esos servicios en precios o condiciones ventajosas, tales como no facturarnos mano de obra y si solo los materiales, etc.