Por mucho que nos guste creerlo, nuestras vidas no son un viaje placentero desde el punto A al punto B. Muy a menudo suceden cosas inesperadas – y lo hacemos lo mejor que podemos para superarlas y seguir adelante, aunque a veces los resultados de hacerlo “lo mejor que podemos” no son siempre los apetecidos. Caemos en viejos y malos hábitos. Nos endeudamos en exceso. Tomamos decisiones impulsivas que en su momento nos parecieron lo mejor, pero al final resultó que no lo eran.
¿Cómo podemos conseguir que estos baches nos afecten menos? Aquí propongo cinco pequeños consejos para lograrlo.
Ten un fondo de emergencias
El simple hecho de tener dinero en efectivo para hacer frente a los imprevistos supone una gran diferencia. En lugar de que nos entre el pánico e intentemos sacar dinero de debajo de los piedras, endeudándonos si es preciso, o dejando de pagar la hipoteca o la tarjeta de crédito, podremos ir tranquilamente a nuestro banco, sacar el dinero y hacernos cargo de la situación. Los fondos de emergencia existen para salvarnos cuando se nos avería el coche, necesitamos una reparación en nuestra casa, perdemos nuestro trabajo, etc.
¿Por dónde empezar? Abriendo una cuenta de ahorro en tu banco. Establece una transferencia automática de cierta cantidad de dinero, aunque sea pequeña, a esa cuenta. Pueden ser 25, 50, 100 € al mes, lo que veas que te puedes permitir. Aprende a vivir con el resto del dinero que te queda y olvídate de la cuenta de ahorros hasta que tengas una emergencia real.
Imagina escenarios complicados, pero posibles
Imagínate lo que ocurriría si pierdes tu trabajo. O si te falla la transmisión del coche. O si se te estropea el calentador y te quedas sin agua caliente. O si hay un incendio en tu casa. ¿Cómo responderías ante estas situaciones? Mucha gente nunca piensa en este tipo de cosas y se enfrenta a las cosas como dios le da a entender en ese momento, pero planeando con anticipación estos posibles escenarios, podrás tener un plan de actuación claro en el caso de que sucedan.
¿Por dónde empezar? Haz una lista de por lo menos veinte “emergencias” que podrían ocurrirte. ¿Paro? Apuntado. ¿Problemas de salud? Apuntado. ¿Averías del hogar? Apuntado. Piensa en cada uno de estos escenarios e imagina lo que ocurriría si se dieran.
Resuelves esos escenarios
Una vez que hayas hecho una lista de posibles problemas que pueden sucederte, es el momento de pensar en las soluciones que les daríamos. No solo eso, sino que el reto es pensar en cosas que podemos hacer a día de hoy para estar preparados. Así, las soluciones serán mucho más fáciles de poner en práctica si llega a ser necesario.
¿Por dónde empezar? Considera cada problema de tu lista e imagina cómo te enfrentarías a la situación si ocurriera mañana. Idea un plan de acción e imagina qué cosas te podrían ayudar – un fondo de emergencias, un seguro, etc. Después, haz un plan para aplicar todas estas cosas.
Describe tus peores tendencias
¿Cómo reaccionas ante las malas situaciones? La mayoría de nosotros desarrollamos cierto tipo de “muletas” que nos ayudan a pasar los malos tragos. A mí me gusta comprar libros cuando siento que algo me preocupa. Para otros, la reacción puede ser peor, cayendo en hábitos como el tabaco, el alcohol o el exceso de comida para calmar la ansiedad y el estrés que nos genera una situación adversa. Sea cual sea tu «muleta», normalmente suele ser algo que no solo no ayuda a mejorar la situación, sino que en muchos casos la empeora.
¿Por dónde empiezo? Lo primero es descubrir cuál es tu muleta y buscarle un reemplazo adecuado. En mi caso es releer alguno de mis libros favoritos en lugar de salir corriendo a la librería más cercana para comprar libros nuevos. Reencontrarme con «viejos amigos» de papel me hace sentir mejor y me ayuda a pensar en positivo.
Elimina cosas que pueden provocar una mala situación
Hay veces que los problemas se ven venir de lejos, y todos hemos visto o vemos cosas en nuestras vidas que están a punto de darnos disgustos. A veces es una reparación que va a ser necesaria muy pronto, o un trabajo altamente inestable. Son cosas que nos angustian y nos roban energía y, en ocasiones, también nos cuestan dinero.
¿Por dónde empiezo? Descubre qué situaciones en tu vida son peligrosas. Malos hábitos. Malas compañías. Trabajos inestables. Encuentra lo que necesitas mejorar o eliminar. Sí, tal vez signifique acabar con una relación de amistad, o vender tu coche, pero si esas cosas te están creando negatividad, ¿qué sentido tiene conservarlas?
Prepararnos para los baches de la vida nos ayuda a superarlos más fácilmente.
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