Cuando pensamos en la festividad de los Reyes Magos, siempre se nos viene a la cabeza una caja más o menos grande envuelta en papel de regalo y un lazo, y algún objeto dentro. Sin embargo, esta no es la única alternativa.
No es que yo esté en contra de los regalos tradicionales, ni mucho menos, especialmente si sabemos que la persona a la que se lo vamos a dar lo va a disfrutar. Pero si no sabes qué regalar o tienes un compromiso con alguien con quién es difícil acertar, podemos considerar comprarles productos consumibles o experiencias. ¿Por qué?
- No hay riesgo que el regalo acabe criando polvo en algún rincón.
- Es probable que la mayoría de la gente recuerde siempre una experiencia positiva, pero se olvide rápidamente de otra cesta con gel y desodorante.
- Es más fácil de elegir que algo muy relacionado con los gustos personales, como perfume, ropa, etc.
Regalos personales con significado
Solamente tenemos que descubrir que podría ser valorado por la persona a la que vamos a obsequiar. Si tu hermana es una madre trabajadora, regálale unas cuantas horas cuidando a tu sobrino y un pase para un masaje relajante o un spa. Piensa en cosas que puedan influir mucho en los gustos de esa persona para escoger regalos únicos que puedan gustar:
- Aficiones.
- Estilo de vida (padre, estudiante, etc.)
- Cualquier cosa que él o ella “siempre hayan querido hacer”.
Una advertencia: piensa siempre en algo que sepas de esa persona o algo en lo que haya mostrado interés, no en lo que tú creas que le podría gustar. Y esto es válido para cualquier tipo de regalo.
Guía de regalos alternativos
¿Necesitas un poco de inspiración para elegir un regalo? Aquí tienes algunas sugerencias.
Para gourmets:
- Una cesta con productos ecológicos o de granja. Se puede incluir miel, mermelada, pan, chocolate, café, vinagre, aceite de oliva, productos de temporada, etc.
- Clases de cocina. Si es una persona a la que le encanta cocinar y quiere aprender nuevas técnicas.
- Invitaciones para la degustación de quesos o vinos. Mejor si se llevan a cabo en un espectacular viñedo.
Para los aventureros
- Clases de piragüismo o kayak. Remar es una estupenda manera de estar en forma y disfrutar del paisaje.
- Una ruta a través de cuevas. Espeleología para los amantes de las emociones fuertes.
- Una ruta a caballo. La manera perfecta de estar en contacto con la naturaleza.
Para amantes del arte
- Abonos para el teatro o un festival de cine. Una buena de mezcla de entretenimiento y cultura.
- Clases de baile. Pero averigua antes si lo suyo son los bailes de salón o la danza del vientre.
- Entradas para una actuación concreta. A un concierto, una obra de teatro especial o cualquier otro tipo de “performance”. Son regalos memorables, especialmente si no son fáciles de conseguir.
- Clases de música. Si tienes un amigo o familia que siempre ha querido aprender a tocar la guitarra, ayúdale a conseguirlo.
Para los entusiastas del deporte
- Palos de golf, pelotas de cualquier deporte, raquetas… Descubre qué deporta practica.
- Entradas para algún evento deportivo, o un abono. ¿Qué mejor que hacerle socio de su equipo favorito?
- Clases de la actividad deportiva que prefieran.
Para amantes de las manualidades
- Clases de costura, escultura, dibujo, fotografía… Hay un sinfín de cursos para todos los gustos.
- Artículos de jardinería. Semillas, hierbas aromáticas, plantas perennes. Si aquellos a los que les gusta cultivar con sus propias manos, serán el regalo ideal
Para los estresados
- Un servicio de spa. La mayoría de la gente aprecia los masajes, especialmente si se pasan muchas horas al día de pie o frente al ordenador. Una pedicura también es siempre una buena idea.
- Un fin de semana en algún lugar con encanto. ¡Solo para los que hayan sido muy buenos este año!
Este tipo de regalos no son para todo el mundo. Los niños prefieren la alegría de romper el papel y ver qué es lo que les han traído los Reyes, no recibir algo que va a ser muy divertido… más adelante. Pero seguro que en tu lista tienes a alguien que preferirá este tipo de regalos, y no más trastos que almacenar… o que vender, con cierto sentimiento de culpa, de segunda mano.
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