Estamos viviendo en un mundo donde lo viejo, lo usado o lo pasado suele ser menospreciado, cuando no desechado sistemáticamente, por una sociedad de consumo electrónico o cibernético que requiere de nuevos productos, ideas y nuevas inteligencias a la hora de manejarse en su vida cotidiana. Por ello, hoy para todos nuestros lectores, pequeños y medianos inversores, veremos cómo para ciertas aptitudes financieras la edad y la vejez no suele ser síntoma de pérdida de capacidad mental y empresarial e incluso, el inevitable paso de los años ha convertido a ciertos exitosos inversores globales en auténticos gurús mediáticos, sirvan de ejemplo, – Warren Buffett (83 años), George Soros (83), Peter Lynch (70) – solo estos tres personajes concentran a millones de seguidores inversores a lo largo del planeta.
Al contrario que cualquier deportista que con el paso del tiempo puede ver declinar su carrera y aptitudes físicas en el mundo del fútbol, la natación o el tenis, etc. Para el inversor sabio e inteligente la acumulación de conocimientos y experiencias a lo largo de su vida participando en los mercados, le creará en su búsqueda de rentabilidad lo que se puede denominar en el argot como: “curva del interés compuesto”. El proceso de inversión se la hará más seguro, eficaz, efectivo y rentable, cuando llegado el momento el inversor veterano proceda a estudiar los números de una empresa cotizada, desde el punto de vista fundamental y técnico, debido al entendimiento por experiencia de balances, nicho de mercado, ventajas ante competidores o posibilidades de expansión y beneficios futuros.
Eso no significa que la edad del inversor constituya un marchamo de acierto seguro, pero si, le va quitando cada vez menos posibilidades al factor suerte que pasará a un segundo término en el desarrollo final de la inversión. El mejor conocimiento de las empresas y su preparación técnica unida a la experiencia, ayuda al inversor veterano a distinguir que información pública es relevante y cual no, para poder calcular un valor intrínseco de la entidad cotizada y crear con ello las estrategias inversoras apropiadas.
¿Interés compuesto en la inversión bursátil?
Puede sonar extraño, pero consiste en buscar inversiones en nuestras finanzas personales que puedan crecer de forma continuada a lo largo de varios años, por ello, el símil con el interés compuesto habitual estudiado en cálculo. Los activos de renta fija suelen ofrecer al cliente-ahorrador rentabilidades simples constantes, como puede ocurrir con los depósitos a plazo, lo que los convierte en periodos económicos como los actuales en poco rentables para los inversores que estén dispuestos a asumir cierto riesgo para conseguir mayores rendimientos por su dinero.
CONSEJOS PARA APRENDER DE LOS VETERANOS INVERSORES
Como dice una famosa frase castrense : “La veteranía es un grado”, que viene a significar, que la experiencia tiene un gran valor y debe ser apreciada en su contexto. Esto aplicado a la inversión significa que se deben sumar conocimientos, aptitudes, experiencia y cierto grado de serenidad individual propia de la veteranía para adoptar ciertas decisiones operativas en los mercados. Según manifiestan algunos de los más afamados inversores mundiales, sus éxitos actuales algunas veces han venido precedidos de duros fracasos iniciales.
El secreto esencial para lograr el éxito se basa en realizar diariamente y de forma metódica un trabajo inteligente, para poder seleccionar las empresas más adecuadas para invertir huyendo de la improvisación inversora, las opiniones interesadas, los rumores del parqué y los ruidos mediáticos promovidos de forma artificial para animar o desacreditar en momentos puntuales alguna acción o índice determinado.
El conocimiento, la formación y disciplina en este “juego de la bolsa” es primordial y para ello, los nuevos inversores deben aprovechar los consejos del “veterano inversor sabio”, sabiendo que para que alguien afortunado gane dinero en Bolsa, otro inversor menos avezado o experimentado deberá perderlo … ¿Qué formación tendrá mañana nuestro adversario bursátil?
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La frase elegida para este artículo dice así:
En la escuela de la experiencia, las lecciones cuestan caras, pero solamente en ellas se corrigen los insensatos.
Benjamin Franklin